Hasta hoy, de los cinco partos de primerizas que han tenido lugar en El Acebuche, tres han llegado a buen término, mientras que dos de las hembras han abortado prematuramente fetos no viables.

"El lado positivo de la triste pérdida de los fetos de Artemisa es que la hembra se ha mantenido tranquila y en buen estado de salud desde el suceso", explicaron fuentes del centro, que añadieron que gracias al seguimiento en detalle que se realiza, se pudieron recuperar "inmediata y cuidadosamente ambos fetos y sus respectivas placentas".

Esta es la primera vez que se tiene la oportunidad de estudiar y aprovechar este material que, en general, en el caso de la placenta, las hembras ingieren tras el nacimiento de los cachorros.

Los órganos, tejidos y células de los fetos se almacenan en los dos Bancos de Recursos Biológicos que existen para esta especie: el del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid y el de la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante).

Parte de la placenta se ha enviado al Instituto de Zoología y Fauna Silvestre de Berlín (IZW), en Alemania, para ayudar a desarrollar un método no invasivo, específico para lince ibérico, que ayude a diagnosticar la gestación según la presencia de relaxina (hormona placentaria) en la orina.

Artemisa se encontraba en el segundo tercio de la gestación y los fetos estaban muy poco desarrollados.

En lo que queda de temporada de partos dentro del Programa de Conservación Ex-situ del Lince Ibérico hay tres hembras más (dos en El Acebuche y una en el Zoo de Jerez) que, en caso de estar gestantes, serían madres primerizas.

El pasado viernes Saliega dio a luz a dos cachorros en el centro de cría en cautividad de El Acebuche, un día después de que otra lince, Aura, pariese a tres crías.