Mujeres con reconocimiento internacional procedentes de 17 países, como la ex campeona olímpica de gimnasia Nadia Comaneci o la ex tenista Gabriela Sabatini, unieron sus fuerzas a las de la UNESCO, la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC), el Club Europeo de la Salud (ECS) y la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) para formar la Coalición contra el Cáncer de Cuello de útero (CACC).

Basándose en la Carta de París 2000, la Declaración Mundial sobre el Cáncer 2006 y el Llamamiento de Rabat 2006 para frenar la expansión del cáncer de cuello de útero, el CACC presentó una declaración que fue firmada en la cumbre por 600 asistentes y plantearon a los gobiernos una llamada a la acción, explicó la organización.

"El cáncer de cuello de útero causa la muerte anualmente a 250.000 mujeres en todo el mundo a pesar de que es un cáncer que se puede prevenir gracias a la vacuna existente en la actualidad. Sin duda, la vacuna, esta posibilidad real de salvar vidas, debería estar al alcance del mayor número posible de mujeres", afirmó la número uno del tenis femenino mundial, Justine Henin.

Uno de los organizadores, el profesor David Khayat, oncólogo del Hospital de la Pitié Salpétrière (París, Francia) explicó que "la existencia de una vacuna frente al cáncer de cuello de útero marca una nueva etapa en la lucha contra esta enfermedad, y esta cumbre es un primer paso en la defensa de los programas nacionales de vacunación".

La vacuna neutraliza, aseguraron los expertos, los tipos del virus del papiloma humano que causan el 75 por ciento de los casos de cáncer de cuello de útero. Estudios recientes en Estados Unidos han demostrado que la vacunación podría prevenir hasta el 91 por ciento de los casos de cáncer de cuello de útero relacionados con los tipos del virus del papiloma humano incluidos en la vacuna, según el programa de vacunación escogido.

Hasta el momento, Australia y Estados Unidos son los países que han promovido y financiado planes de vacunación. En este último, la vacuna está disponible desde junio de 2006, y en septiembre de ese mismo año, la Unión Europea aprobó su comercialización. Actualmente, 57 países ya han dado luz verde a su utilización y en otros 50 se han presentado solicitudes de aprobación ante las agencias regulatorias pertinentes.