La coordinadora del Nodo, Esther Alsina, ha explicado en declaraciones a EFE que en 2006 un total de 2.633 científicos se informaron sobre la posibilidad de trabajar en Cataluña, de los cuales unos mil se trasladaron a esta comunidad.

De todas las demandas de información, 1.616, que suponen el 61,37 por ciento, eran de investigadores extracomunitarios, y 525, casi el 20 por cienro, ciudadanos de la Unión Europea. Del resto se desconocía la nacionalidad.

Alsina ha señalado que las consultas recibidas a través de las instituciones colaboradores con el Nodo catalán, integrado en el Nodo Español impulsado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), representan el 59 por ciento de todas las consultas en toda España, y que por lo que más se interesan los científicos es por el alojamiento y las condiciones de entrada y residencia.

La coordinadora ha puntualizado que desde estos Nodos se trata de conocer el flujo de investigadores en el ámbito europeo y catalogar su perfil, y en el caso de Cataluña, conocer exactamente cuántos se quedan en esta comunidad y sus lugares de trabajo, ya que muchos llegan por contratos y becas fruto de contactos directos entre universidades y centros, lo que dificulta su control y saber cuántos llegan realmente.

En cuanto a los motivos por los cuales los investigadores deciden no instalarse en Cataluña, a pesar de que les parezca atractivo el sitio y estén de acuerdo con la remuneración, aunque no sea muy alta, los problemas administrativos y la dificultad en la obtención de visados son los motivos más frecuentes que les hacen desistir de su intención de venir a España.

Para Esther Alsina la desidia del sistema, que pone muchos problemas para homologar títulos y llevar a cabo determinados trámite burocráticos, es la responsable de esta situación.