El Día Mundial de la Salud es una excelente ocasión para recordar los beneficios de un estilo de vida y unos hábitos que favorezcan un mejor bienestar físico y psicológico.

Especialistas del Grupo Hospitalario Quirón ofrecen algunas recomendaciones dirigidas a mejorar nuestra cotidianeidad. Su principal consejo es llevar una existencia sana, en la que se combinen el ejercicio físico, una alimentación equilibrada y la atención a las señales que nos envía nuestro organismo, porque contribuirá a "regenerar el estado de salud y a aumentar la calidad del día a día".

Aunque el estrés es uno de los grandes males de nuestro tiempo, está ligado al ser humano desde el origen de su existencia. Para controlarlo y mejorar nuestra salud emocional y física, conviene prescindir de las sustancias estimulantes (café, alcohol, tabaco), practicar ejercicio físico, dormir bien, disfrutar de música relajante, respirar de forma sosegada y alimentarse bien, reduciendo las grasas, el azúcar y la sal.

Además, está demostrado que las personas con mayor actividad intelectual están mejor protegidas contra el deterioro del cerebro, incluso en el caso de padecer, por ejemplo, alzhéimer. ¿Cómo estimular nuestra mente para que esté activa? Los profesionales aconsejan: evitar la rutina y actividades pasivas como ver la televisión; cultivar aficiones como la jardinería, el bricolaje, la pintura o la música; leer y escribir a diario; aprender a tocar un instrumento o atreverse con un idioma para retrasar nuestro envejecimiento neuronal; hacer pasatiempos o participar en juegos de estrategia y de mesa o videojuegos; tomar parte en actividades artísticas, culturales e intelectuales, como visitar museos, exposiciones o asistir a conferencias; y completar ejercicios diseñados expresamente para mejorar la memoria, la atención y otras funciones mentales.

Por otra parte, contrariamente a lo que se pueda pensar, el sueño tiene una función vital. Además, dormir lo suficiente y con un sueño de buena calidad es esencial para llevar un día a día saludable. Hacerlo poco o mal influye negativamente, pues aumenta el riesgo de padecer algunas enfermedades (cardiovasculares, infecciosas, metabólicas, etc.), además de ocasionar fatiga, somnolencia, problemas de memoria, depresión, etc.

Asimismo, es "vital" ayudar a nuestro organismo a recuperar el agua que pierde a través de la orina, el sudor o el aliento. Debemos beber unos dos litros diarios y consumir alimentos ricos en ella, como frutas y verduras.

Por último, los malos hábitos dietéticos, la ausencia de actividad deportiva y el estrés agravan el dolor de espalda, tan común entre la población y causa de baja laboral. "No hay mejor prevención que mantener alto nuestro tono vital, tanto físico como psicosocial: estar físicamente activos y alejarnos del sedentarismo y del sobrepeso. Es importante que el deporte se adapte a la edad y potencie la musculatura abdominal y dorsolumbar y la flexibilidad. Tan solo 10 minutos diarios de ejercicio bastan para prevenir el dolor, siempre y cuando no se haga de forma abusiva o cause molestias", recomiendan los especialistas de Quirón.