A veces las uvas de Fin de Año pueden acarrear sustos. Las prisas al intentar seguir el ritmo de las campanadas, el no masticar bien, las risas... pueden conllevar un atragantamiento. Lo mismo puede ocurrir con las pequeñas piezas de muchos de los juguetes que los más pequeños reciben por Navidad. Muchas veces, estas obstrucciones non pasa de un simple incidente, pero en otras ocasiones pueden derivar en un peligro vital al quedar obstruidas las vías respiratorias. Esta situación puede provocar asfixia y hasta una parada cardiorrespiratoria por falta de oxígeno.

¿Cómo saber si el atragantamiento es leve o grave?

En el primero de los casos, la persona afectada puede toser fuerte y emitir sonidos. Si continúa tosiendo con fuerza puede llegar a expulsar por sí misma el objeto que ha producido la obstrucción. Si no, necesitará ayuda.

Nunca se debe palmear la espalda de un atragantado si se encuentra de pie o sentado, pues el cuerpo que causa la asfixia podría empeorar la situación. Debe doblarse por la cintura e inclinarse mucho hacia delante para, en esa postura, darle cinco fuertes golpes con la mano abierta entre los omóplatos. Así se impide que el alimento o pieza descienda por las vías respiratorias.

Si por el contrario, la persona no puede respirar, ni hablar, ni emitir sonidos, o su voz es débil y la piel toma un tono azulado, hay que llamar al 112 e iniciar la maniobra de Heimlich.

¿Cómo se hace la maniobra de Heimlich?

Ante un atragantamiento grave, se debe alertar al 112 e iniciar la operación. Si tras darle al afectado las cinco fuertes palmadas entre los omóplatos no expulsa al causante de la obstrucción, se forzará su expulsión presionando sobre el abdomen. Para ello, uno debe colocarse tras la persona y rodearla con los brazos. Se coloca la mano sobre el diagrama, de manera que el pulgar se sitúe cuatro dedos por encima del ombligo. Se cierra el puño y con la otra mano extendida por encima se realizan cinco compresiones fuertes hacia arriba y hacia adentro. Si todavía se mantiene la asfixia hay que volver a realizar las palmadas en la espalda, y de nuevo las compresiones abdominales hasta que se expulse el cuerpo que produce la obstrucción.

Si la víctima es una persona muy obesa o está embarazada, no se debe colocar el puño en mitad del esternón y realizar desde ahí la maniobra.  

Si la persona pierde el conocimiento, se procederá a tumbarle y practicarle la maniobra RCP (reanimación cardiopulmonar): es decir, el boca a boca seguido de compresiones torácicas.