La Fundación Amancio Ortega ha anunciado la donación 280 millones de euros al Ministerio de Sanidad para la compra de diez equipos de protonterapia, uno de los cuales se instalará en A Coruña. Esta dotación será la primera de este tipo que pertencerá al Sistema Nacional de Salud (SNS), ya que hasta el momento los dos únicos equipos de protonterapia de España son propiedad de Quirónsalud y de la Clínica Universidad de Navarra.

Pero ¿qué es la protonterapia? También conocida como terapia de protones, está considerada uno de los tratamientos más avanzados contra el cáncer. Mientras que en las técnicas de radioterapia convencionales se utilizan fotones, electrones y otras partículas de alta potencia para destruir las células cancerosas, la protonterapia utiliza protones, partículas con carga positiva de alta potencia que pueden destruir las células cancerosas a través de una dosis concreta de radiación.

Mayor actividad antitumoral

Las propiedades físicas de los protones permiten una mayor precisión del tratamiento, ya que es posible concentrar la dosis de radiación atacando directamente el tumor responsable del cáncer. Se logra así una mayor actividad antitumoral y un menor daño sobre los tejidos sanos de alrededor. Además, la protonterapia reduce la dosis de radiación recibida y el riesgo de tumores secundarios radioinducidos, mejorando la calidad de vida del paciente tanto durante el tratamiento como una vez finalizado este.

Gracias a la terapia de protones es posible tratar multitud de casos de cáncer, sobre todo de tumores cerebrales y aquellos localizados a lo largo de la columna vertebral. Se trata especialmente de tumores próximos a órganos vitales que precisan ser preservados, como los cercanos al tronco cerebral, la vía óptica, la médula espinal, tumores del área de cabeza y cuello o cánceres recurrentes.

Tumores pediátricos

Especialmente útil en tumores que requieren dosis altas para ser controlados y están localizados cerca de estructuras u órganos muy sensibles a la radiación, también mejora exponencialmente el tratamiento de tumores pediátricos, ya que los órganos están todavía en desarrollo y son todavía más sensibles, por lo que es aún más importante poder evitar irradiar dichos tejidos.