La pizza es llegó a España en 1959, se popularizó en los años 90 y permanece hasta nuestros días por su versatilidad y su sabor. Un 20% de los restaurantes de todo el mundo son pizzerías y cada día aumenta el número de marcas que comercializan este producto en las grandes superficies. Es un alimento barato y fácil de preparar y se conserva durante mucho tiempo en las condiciones apropiadas, por eso las grandes multinacionales de la industria de alimentaria siguen apostando por ella, aunque su mercancía contribuye a que se le atribuya una mala fama que no le hace justicia.

Su éxito comercial provoca que la pizza se distribuya en casi todos los países del mundo tanto en establecimientos de restauración como en puntos de venta, por lo que es habitual que tanto su masa como los productos con los que condimenta sean procesados y entre sus ingredientes se incluyan conservantes que no son demasiado beneficiosos para la salud. Para abaratar costes se suelen utilizar ingredientes de mala calidad, dado que su sabor no deja de ser bueno. Pero ésta es su peor vertiente.

La pizza más saludable

La pizza es un alimento completo, sano, saciante y nutritivo Pexels

Las malas praxis que devalúan a la pizza y llevaron a sus seguidores a investigar los orígenes de su comida favorita para descubrir cómo prepararla y poder disfrutarla de la manera más saludable, de ahí la tendencia a seleccionar, tal y como dicta la tradición italiana, un menor número de ingredientes pero de calidad suprema para potenciar tanto su sabor como sus propiedades nutricionales.

Si los alimentos con los que se elabora son de origen natural y local, el salto cualitativo es considerable y si, además se opta por las verduras y se minimiza la presencia de carne, el producto será mucho más ligero.

La masa de pizza casera gana el pulso a la precocinada y las recetas con carbón activado favorecen la digestión y la convierten en un alimento menos denso. Una receta alternativa para cocinar la masa es prepararla con harinas sin refinar y para convertir la masa en el elemento healthy por excelencia hay quien sustituye estas harinas por coliflor rallada, que da un resultado crujiente y sabroso (y de solo 25 calorías).

Pinsa, el antecedente healthy de la pizza

La receta original de la pinsa la convierte en un alimento muy saludable y ligero en la dieta Pexels

Aunque en España la pizza tiene muy recorrido reciente, la tradición italiana avala su supervivencia y, aunque en el sur del país se prepara de la manera más fiel a su receta original, cualquier modo de preparación actual es una reelaboración de un alimento de raíces prerromanas (concretamente etruscas).

La pinsa es la precursora de la pizza actual y se elabora con una mezcla de harinas, que incluye soja, trigo y arroz, con aceite de oliva. El resultado es una base más ligera, crujiente, con una fermentación que se consigue en tres días, lo que la convierte en una comida mucho más ligera y saludable que la que probamos hoy.

La receta original de la pinsa italiana es obra de los campesinos de la región del Lazio, donde se elaboraba mezclando agua, cereales, sal y hierbas aromáticas. La suave masa que obtenían se cocinaba a la brasa.

Tras mezclar harinas de trigo, soja y arroz con aceite de oliva virgen extra y masa madre seca, la masa madura durante 72 horas. Se consigue una masa suave, ligera, crujiente.

La receta de la pinsa, la alternativa a la pizza

Los ingredientes determinan la calidad de la pizza Pexels

Harina de fuerza (200 gr)

Harina de trigo (150 gr)

Harina de arroz (60 gr)

Harina integral (40 gr)

Levadura de panadería (1 sobre)

Agua (33 cl)

Sal

Elaboración de la pizza que no engorda

La pizza tiene grandes propiedades nutricionales y no tiene porqué engordar Pexels

1- Mezclamos los cuatro tipos de harina.

2- Le unimos la levadura y una pizca de sal. Mezclamos.

3- Sobre la tabla de madera hacemos un volcán con la masa y en su centro echamos el agua.

4- Amasamos hasta que no se nos pegue a los dedos.

5- En ese punto hacemos una bola.

6- La dejamos reposar hasta que doble su tamaño, que será 2 o 3 horas después.

7- Le damos su forma de pinsa (ovalada) estirando la masa.

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8- Ponemos los ingredientes, con una base de puré de tomate (o no), queso y lo que nos apetezca (verduras, embutidos, etc).

9- Metemos al horno a 180 grados hasta que se dore, que será a los 30 minutos.