Existen trucos para adelgazar eficaces y rápidos pero de nada sirven si no se convierten en un hábito. Conseguir un vientre plano es uno de los objetivos más complicados, sin una alimentación correcta es imposible de alcanzar.
Evitar el azúcar es uno de ellos, la otra renuncia obligatoria es el alcohol. Los expertos nutricionistas recomiendan no eliminar el resto de alimentos, aunque puedan no ser demasiado saludables porque rechazarlos sistemáticamente produce ansiedad y este desequilibrio puede degenerar en un trastorno alimenticio que diluya algo más que la dieta.
Hacer pequeños cambios en el estilo de vida es el método por excelencia, de esta manera perder peso no desgastará física ni emocionalmente.
Qué comer para tener un vientre plano
La hinchazón de vientre se debe a una retención de líquidos y, en el caso de las mujeres, muchas veces la determina la fase del ciclo menstrual.
El factor que incide directamente sobre las dimensiones de la curva del abdomen son el estilo de dieta y el tipo de alimentos que se ingieren, por eso la dieta debe nutrirse de ingredientes que reduzcan esa hinchazón abdominal.
Se priorizarán los cereales integrales, las verduras poco cocidas para conservar toda su fibra, el jengibre, y los lácteos fermentados como el kéfir para evitar la hinchazón de vientre y reducir volumen.
Para adelgazar sólo hay unas fórmula: generar un déficit calórico, o lo que es lo mismo, seguir una dieta con la que gastar más calorías de las que consumimos. La dieta mediterránea es una opción saludable y sencilla, porque se pueden conseguir fácilmente todos los ingredientes frescos sin necesidad de recurrir a productos procesados.
Otra opción es unirse al realfooding o a seguir las directrices de la dieta keto.
Un ejercicio para tonificar el abdomen
Para optimizar los resultados de la dieta se recomienda hacer ejercicio para tonificar la zona.
El entrenamiento a seguir debe invitar al organismo a quemar las reservas de grasa del todo el cuerpo y fortalecer o tonificar la masa muscular de la zona que se esté trabajando.
Una fórmula que siempre resulta eficaz es combinar fuerza y cardio, en ese orden, de esta manera primero se movilizará la grasa y se quemarán las reservas de carbohidratos y a continuación el cuerpo tendrá que tirar de sus reservas grasa para conseguir la energía que necesita.
