Cuando nos encontramos inmersos en pleno invierno, la preocupación por la gripe se incrementa entre la población. Las conversaciones entre amigos, familiares o compañeros de trabajo tratan este tema típico de estos meses fríos del año. Así, poco a poco se convierte en un tema candente del que todo el mundo habla, pero que no mucha gente conoce adecuadamente.

Esto provoca que los bulos, los mitos, las 'fake news' o, directamente, las mentiras se propaguen como una verdadera epidemia. Este comienzo de 2020, además, estamos viviendo una verdadera psicosis a consecuencia de la propagación del coronavirus de Wuhan. Los mitos en cuanto a esta patología se han disparado y han causado una terrible alerta en medio mundo, a veces infundada.

Esto mismo, a menor escala, ocurre todos los inviernos con la llegada de la gripe. Si bien es cierto que esta infección vírica del sistema respiratorio enferma cada año a más de 1.000 millones de personas en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa de que anualmente mueren entre 290.000 y 650.000 personas a consecuencia de este virus de la influenza.

Para conocer verdaderamente la gripe y sus efectos, es necesario identificar y deshacernos de los mitos que empañan la realidad de esta infección. En este artículo reunimos algunos de los bulos más extendidos en torno a la gripe:

El frío provoca la gripe

La gripe es una enfermedad infecto-contagiosa causada por un virus. A pesar de que es más frecuente durante los meses invernales, la gripe nada tiene que ver con abrigarse o pasar tiempo a la intemperie.

Gripes y catarros se producen solo durante el invierno

Aunque tanto los resfriados como la gripe ocurren con mayor frecuencia en los meses fríos, no son exclusivos de ellos. Podemos enfermar y de hecho suele ocurrir en primavera, otoño e incluso en verano, aunque es mucho menos probable.

La vitamina C previene la gripe

Un ejemplo clásico de mito sobre la gripe es la Vitamina C, a la que se le atribuyen propiedades que mejoran el sistema inmunitario en la defensa contra el virus de la gripe. A pesar de esta u otras propiedades antivirales, no existen ensayos clínicos que avalen esta teoría.

Jengibre y propolio, antigripales de la naturaleza

Existen muchas plantas medicinales y otros tratamientos alternativos usados para el resfriado y la gripe. El jengibre y el propolio se cree que pueden ayudar a sentirse mejor por sus propiedades analgésicas, aunque no existe una sólida evidencia científica, y es probable que la mejora ocurrida con ellos sólo refleje la evolución natural de la enfermedad.

El ajo y la cebolla combaten la enfermedad

Ajo y cebolla también han sido utilizados como remedios para los procesos gripales, tanto para prevenirlos como para acortar sus síntomas, creyéndolos dos poderosos antídotos capaces de luchar contra diferentes afecciones respiratorias. Sin embargo, una vez más, no existen ensayos clínicos que avalen estas creencias.

Poner una cebolla cruda en la habitación para no contagiarse de gripe es sólo un mito más: para no contagiarse, lo importante es evitar ponerse en contacto con personas que tengan la enfermedad y realizar un correcto y frecuente lavado de manos.

Los antibióticos combaten la gripe

La gripe es una enfermedad frecuentemente autolimitada no complicada, y su tratamiento es meramente sintomático; una adecuada hidratación, reposo relativo y el empleo de analgésicos y antitérmicos (paracetamol, antiinflamatorios no esteroideos, etc.) deberían ser suficientes. Al estar producida por un virus, los antibióticos no están indicados para la gripe.

La vacuna contra la gripe no es apta para mujeres embarazadas

El embarazo es un proceso en que la inmunidad de la mujer está algo reducida, siendo así las embarazadas un grupo de riesgo.

La vacuna contra la gripe no sólo es apta para las embarazadas, sino que además está indicada en ellas por ser grupo de riesgo y es totalmente segura en este subgrupo. Además, es una de las vacunas más seguras con menor tasa de efectos adversos y nunca puede producir gripe pues contiene virus inactivados.

Solo deben vacunarse contra la gripe niños y ancianos

Los niños, los ancianos y las personas que forman parte de los grupos de riesgo deben vacunarse cada año; forman parte de grupos de riesgo los mayores de 65 años, los pacientes que residen en residencias socio-sanitarias, las mujeres embarazadas, así como los individuos con problemas médicos crónicos (enfermedades cardio-respiratorias crónicas, diabetes, cáncer, insuficiencia renal, cirrosis hepática, etc.).

Es una medida eficaz pues disminuye la aparición de la enfermedad, sus complicaciones y la mortalidad derivada de la misma.

La gripe es sólo un mal resfriado

El resfriado y la gripe o influenza son dos enfermedades diferentes que tienen síntomas parecidos. Conocer la diferencia entre las dos enfermedades es importante porque en determinadas personas las complicaciones de la gripe pueden llegar a ser fatales:

— La fiebre alta, la tos, los dolores musculares y los dolores de cabeza son más propios de la gripe (y raros en el resfriado)

— Los estornudos, la secreción nasal y el dolor de garganta son más propios del resfriado (y poco o nada habituales en la gripe).

Ante la fiebre alta, ¿abrigarse y sudar o darse una ducha helada?

Ingesta abundante de líquidos; portar prendas transpirables; permanecer sin ropa y utilizar una toalla impregnada en agua fría en la frente; baño completo en agua templada (37º); estas y otras medidas son eficaces para neutralizar un rápido ascenso de la temperatura. Ni abrigarse demasiado ni la ducha en agua fría son medidas adecuadas para combatir la fiebre. Si persiste, recurriríamos a medicación antipirética.