Durante la época estival semultiplican las noticias relacionadas con intoxicaciones asociadas al consumo de alimentos mal conservados. Es imprescindible extremar las condiciones higiénicas de lo que comemos y bebemos sin cometer errores que pueden provocar problemas digestivos (como una diarrea, por ejemplo) que arruinarían nuestros planes.

Son medidas sencillas que deben implementarse desde el momento en que compramos la comida y la guardamos en nuestra casa. Es necesario manipularla adecuadamente, conservarla en las mejores condiciones hasta el momento de consumirla y ser muy cuidadosos con lo que guardamos para el día siguiente. En cualquier momento es importante tener cuidado con los alimentos y bebidas que ingerimos pero, en verano y debido al aumento de temperatura, esta actitud debe ser rigurosa.

Las recomendaciones generales para evitar problemas serían:

  1. Acudir a hacer la compra en locales con reconocidas garantías sanitarias y en los que se sigan las normas establecidas por la legislación. Es necesario empezar a comprar los productos que no necesitan refrigeración, después los de nevera y acabar por los congelados (para que pasen el menor tiempo posible fuera de la nevera o el congelador y no se rompa la imprescindible cadena de frío). Debes escoger envases con aspecto impecable (sin golpes, oxidación, abombamientos, etc.).
  2. Al llegar a casa hay que colocar lo comprado en sentido contrario al de la adquisición y empezar por los congelados, después lo que se guarda en la nevera (queso, por ejemplo) y por último lo que no necesita frío. Si algún artículo llega descongelado, no puede ser congelado de nuevo; debes consumirlo inmediatamente o guardarlo en la nevera hasta que esté totalmente descongelado y cocinarlo a continuación.
  3. Almacenar los alimentos de manera adecuada. La despensa, la nevera, el congelador o las superficies de tu cocina son una fuente de contaminación por lo que deben estar desinfectados. Limpia la nevera con jabón desinfectante cada quince días y separa los alimentos crudos de los cocinados, dejando espacio entre ellos para que el aire circule libremente. En la despensa no debes mezclar alimentos con productos de limpieza. El congelador debe estar limpio, sin restos de hielo y congelar los alimentos rápidamente para evitar la proliferación de microorganismos. Las superficies deben mantenerse higienizadas utilizando los productos de limpieza adecuados al material del que están fabricadas.
  4. Manipular los alimentos de manera higiénica. Lo primero que debe estar limpio son tus propias manos ya que son el instrumento que más utilizarás en la cocina. También deben mantenerse en perfecto estado: encimeras, ollas, cuchillos, etc. para evitar la contaminación de los alimentos que estás procesando.
  5. Transportar los alimentos en recipientes adecuados. Los congelados que has comprado puedes llevarlos en bolsas isotérmicas o de congelación específicamente preparadas para ello. Cuando salgas de excursión, utiliza una nevera portátil e introduce los alimentos cocinados cuando su temperatura sea baja y evita transportar lácteos y huevos, que son los más peligrosos a nivel de intoxicaciones (la temida salmonelosis se asocia a los huevos mal tratados).
  6. Disfrutar de los restaurantes y negocios similares. No temas acudir a los locales de la zona en la que estás disfrutando de tus vacaciones o prueba nuevas experiencias en tu lugar de origen. Lo importante es que selecciones correctamente lo que vas a comer y beber en el restaurante. No dudes de la calidad del producto que te ofrecen y ten en cuenta tus alergias personales para evitar reacciones inesperadas que pueden generarte serios problemas. Pregunta a los clientes habituales o a la persona que te atiende, seguro que recibes las indicaciones adecuadas.
  7. Comprar en superficies con garantía sanitaria. No se recomienda consumir alimentos o bebidas que no hayan superado los rigurosos controles sanitarios definidos en la legislación. Es importante que todo lo que llegue a tu organismo se encuentre en buen estado. Sería recomendable que, si compras fruta en un mercado ambulante, la laves con agua potable antes de comerla o si pides un combinado con hielo, debería exigir que esté elaborado con agua mineral, por ejemplo.

No lo veas como una pérdida de tiempo. Son medidas preventivas encaminadas a evitar problemas de salud, que pueden provocar el final de tus vacaciones. Tampoco deberías renunciar a probar nuevos productos, pero las condiciones higiénicas son fundamentales para tu salud.