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Día Mundial Sin Tabaco

"Ahora me pregunto cómo he podido fumar toda mi vida"

Tres exfumadores describen su experiencia y como lograron dejar el tabaco después de varios intentos

El consumo de tabaco es causa de numerosas enfermedades. EP

Cada año miles de personas intentan dejar de fumar. Los testimonios de quienes lo logran suponen una ayuda para los que vienen por detrás. Mensajes que hablan de esfuerzo personal, pero también de la recompensa que llega después y de la mejora en la calidad y en la autoestima que supone abandonar el hábito del tabaco.

"Dejar el tabaco fue un subidón de autoestima"

ANA BARBOLLA

Cantar ha sido desde siempre la gran afición de Ana Barbolla, una asturiana de 59 años que pasó 40 fumando todos los días. Descubrir que tenía problemas con la voz, así como otras difíciles circunstancias, como el asma y el descubrimiento de un nódulo en la glándula tiroides, fue el "empujón" que necesitaba para dar el paso definitivo de dejar el tabaco. Consumía cerca de dos cajetillas al día. "Lo había intentado varias veces, pero al final siempre volvía. Pero sabía que estaba hasta las narices de la esclavitud del tabaco". El primer mes fue "terrorífico", pero ahora ya lleva cinco años sin fumar. "Los grupos de apoyo con otros fumadores me ayudaron mucho. Los cigarros que más me costó dejar fueron aquellos que fumaba sin darme cuenta, cuando acababa alguna tarea, que los que tomaba cuando estaba con un café o en la calle", recuerda esta mujer, que confiesa que su autoestima mejoró "muchísimo" cuando dejó los cigarrillos. "Para mí fue un subidón", asegura.

"Dejar el tabaco requiere de una preparación mental y emocional"

XAVIER LUQUE

Xavier Luque, de 45 años, pasó cerca de dos décadas consumiendo entre 30 y 40 cigarrillos al día. Ahora es un ex fumador que, como miembro del Programa Paciente Experto del Instituto Catalán de la Salud, ayuda a otros fumadores a abandonar el hábito. "Es un proceso que necesita preparación mental y emocional. Hay que romper de la cadena de resistencias que plantea el cerebro. No hay recetas, todo depende de cada fumador. Para cambiar un hábito necesitas una serie de pasos. El más fácil es querer dejarlo, pero lo más difícil es convertir este plan en acciones concretas", dice este barcelonés, colaborador también de la Sociedad Catalana de Atención y Tratamiento del Tabaco. "Mi vida ha mejorado mucho desde que ya no fumo. No existe la ilusión de fumar un único cigarrillo: cuando tienes claro eso, ya no fumas más", concluye.

"Ahora me pregunto cómo he podido estar fumando toda mi vida"

EVA MARÍA NICOLÁS

Eva María Nicolás, murciana de nacimiento y madrileña de adopción, está logrando su propósito de abandonar el tabaco, un proceso en el que todavía se halla inmersa. Pero se siente optimista y feliz con su decisión. Asegura que todavía no lo ha dejado del todo y que recientemente ha tenido una pequeña recaída, pero ya está repuesta. "Eso también forma parte de la deshabituación", subraya. Tiene 47 años, de los cuales ha pasado fumando casi 30. "Empecé con 14 años, cuando la sociedad dictaba que si las mujeres querían ser más liberales y tener éxito debían fumar", explica. "Me ha costado un par de años dar el paso definitivo. Al principio pensé que podía dar el paso sola, pero me di cuenta de que era casi imposible", dice Eva María, muy satisfecha de la ayuda que le prestó la denominada psicoterapia de programación neurolingüística (PNL) para encauzar el problema. Ahora se pregunta: "Por Dios, ¿cómo he podido estar fumando toda mi vida?".

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