La búsqueda de la excelencia en el cuidado a las personas mayores que reciben asistencia sanitaria a domicilio es uno de los objetivos que persiguen los profesionales que trabajan en este ámbito, según indica María del Carmen González, directora de una empresa especializada en este tipo de servicios.

El respeto a la libertad de la persona que recibe sus cuidados así como a su momento psicofísico, su ritmo, sus valores, deseos, carencias y comportamientos es uno de los pilares sobre los que se debe de ejercer esta profesión, basada en la vocación, el amor y el cariño, tal y como expresa esta cuidadora. "La atención al mayor se debe realizar siempre desde una escucha abierta, positiva y sin juicios de valor ni prejuicios", afirma Carmen González, quien destaca que esa atención lleva implícita la dedicación de tiempo a escuchar al mayor de una manera llena de atención, consideración, cercanía y acercamiento.

"Una parte muy importante es el cariño, que debemos dárselo en grandes dosis porque en esa edad se valora más que nunca el afecto y la atención", comenta esta profesional del cuidado sanitario a personas mayores. Gestos, miradas y hasta caricias hacen sentir al mayor que es querido y valorado.

Bajo la premisa de que todos necesitaremos en algún momento de nuestra vida cuidado y apoyo de los demás, la empresa que dirige Carmen González ofrece la excelencia en el cuidado a personas, ya sea en el propio hogar como en las estancias hospitalarias. "

El equipo especializado de profesionales con que cuenta la compañía que dirige González se esfuerza por ofrecer un trato cercano, humano y atento con toda la familia, adaptándose a cada caso en concreto y a las necesidades particulares de cada persona. "A ninguno de nosotros nos resulta fácil enfrentarnos al hecho de que un familiar necesite ayuda para afrontar su nivel de dependencia en algún momento de su vida y continuar adaptándose a su vida cotidiana", explica Carmen González

El cuidado de un familiar dependiente puede ser una experiencia prolongada que exige reorganizar la vida familiar, laboral y social en función de las tareas que implique, las cuales dependen de las características, problemas o enfermedades que padece esa persona que precisa cuidados. "En ese momento, las familias nos tienen ahí para cuidar a su mayor desde la vocación, el amor, el cariño y la excelencia", destaca Carmen González, quien también hace hincapié en la formación continuada a que se someten estos profesionales cuidadores de cara a ofrecer la excelencia.