Cuando buscamos mejorar nuestro aspecto físico, luchar contra la flacidez y la celulitis se convierte en una batalla crucial. A pesar de los tratamientos y dietas milagrosas que circulan por la red, la mejor manera de combatir estos enemigos es eliminar los alimentos que provocan la flacidez, incorporar aquellos que la combaten y ejercitarse adecuadamente para lograr un buen tono muscular.

Por consiguiente, el ejercicio físico será el gran aliado contra la flacidez, pero además, en el cumplimiento de la misión, existen alimentos que pueden ayudar. Estos alimentos son aquellos ricos en proteínas, vitaminas, colágeno y elastina. Es decir, legumbres, aves, marisco, sepia, calamar y otros cefalópodos.

¿Cuándo y por qué aparece la flacidez?

Los cambios drásticos de peso, los embarazos, una mala alimentación... muchas veces acaban provocando que los músculos y la piel pierdan nutrientes y elasticidad dando lugar a la flacidez o envejecimiento cutáneo.

La celulitis viene muchas veces acompañada de flacidez, porque se consumen pocos hidratos de carbono. Este problema, según Carlos San Martín, responsable de la Unidad de Medicina Estética de Clínica Londres, se resuelve "con una buena dieta, con el aporte adecuado de proteínas, que eleve los niveles de colágeno y reduzca la flacidez, y una reducción de las grasas que provocan la celulitis".

¿Cómo debe ser la dieta antiflacidez?

Para ganarle la batalla a la flacidez hay que seguir una dieta equilibrada en hidratos de carbono, proteínas y grasas. También deberás beber líquidos que drenen para evitar la retención de líquidos; destierra el alcohol y el café de tus hábitos alimentarios si quieres recuperar la firmeza de tu piel.

Además, la dieta antiflacidez debe ser saciante para que sea compatible con el ejercicio físico y rica en proteínas, vitaminas y oligoelementos que darán un aspecto más juvenil a la piel.

Alimentos que ayudan a combatir la flacidez:

  • Estos alimentos te ayudarán nos ayudan en la lucha para restaurar el tono y el aspecto de nuestra piel:
  • Frutos secos sin sal que aportan aceites esenciales
  • Frutas secas como pasas, dátiles, arándanos... ricos en aceites esenciales y glúcidos
  • Carne roja que contiene proteína animal, rica en colágeno.
  • Pescados y mariscos que nos proporcionan proteínas, aceites, omega 3, grupo vitamina B y minerales.
  • Legumbres que contienen hierro, ácido fólico, fibra y otros minerales.
  • Aves y huevos: aportan colágeno y demás proteínas y grupo vitamina B)
  • Cítricos: limones, kiwi, pomelo, fresa... y hortalizas verdes, ricas en fibra, vitaminas y minerales
  • Aceite de oliva: ácido oleico presente en las membradas de las células de la piel)
  • Alimentos ricos en betacarotenos como zanahorias, calabaza, tomate, brócoli, piminetos, espinacas...
  • Raíces como la cúrcuma, jengibre, ginseng... ya que propician la microcirculación y hierbas aromáticas, ricas en minerales.
  • Sal con moderación