El "GPS" interno del cerebro, que hace posible la orientación en el espacio, posee un tipo de células específicas capaces de medir distancias para este sistema de posicionamiento, según revela una investigación publicada ayer por la revista "Nature".

El estudio, desarrollado por el Centro Alemán de Investigación sobre el Cáncer (DKFZ) y el Hospital Universitario Heidelberg, aporta más datos sobre el funcionamiento de este mecanismo de orientación, cuyo descubrimiento fue premiado con el Nobel de Medicina en 2014.

El noruego Edvard Moser y su esposa May-Brit Moser, junto al estadounidense John O'Keefe, recibieron el galardón por el hallazgo de ese "GPS interno" del cerebro, que nos permite orientarnos en el espacio.

Para ello, el cerebro usa un conjunto de células nerviosas especializadas, como las de "posición", que determinan la ubicación actual, y las denominadas de "rejilla", que se suponía, hasta ahora, que miden distancias y desempeñan un papel clave en el proceso de "integración de ruta".

Los científicos tenían pruebas empíricas acerca del funcionamiento de las primeras, localizadas en el hipocampo, pero desconocían la función exacta de las segundas, situadas en la corteza entorrinal, lo que había generado diferentes teorías al respecto.

Los expertos del DKFZ y del Heidelberg han estudiado su funcionamiento en ratones de laboratorio que presentaban células de "rejilla" defectuosas, y constataron que tenían más dificultades para navegar un espacio determinado.