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Coautor del libro "Médicos y medicamentos"

Francisco Caamaño: "Es más fácil prescribir medicación que intentar cambiar los hábitos de vida"

El médico advierte de la intromisión de las farmacéuticas a la hora de recetar

Francisco Caamaño en la presentación de su libro en Santiago. // FdV

"Médicos e medicamentos: que nos receitan e por que" es un libro que alerta de la medicación inadecuada, de la falta de tiempo de los profesionales y de la gran influencia que las empresas farmacéuticas tienen en los médicos. Los doctores y profesores de la Universidad de Santiago Francisco Caamaño y Adolfo Figueiras piden "reflexión" a los agentes implicados y destacan los beneficios de dedicar más recursos a la atención y menos a la medicación.

-¿Somos una sociedad medicada?

-Probablemente hay muchas patologías sobre las que estamos sobremedicados y hay otras en las que hay infradiagnóstico y falta tratamiento. Lo que sí sabemos es que muchas veces acudimos a los medicamentos cuando las soluciones más acreditadas serían otras, como cambiar los hábitos de vida. Estamos viendo el medicamento como una solución de manera sistemática, incluso para solucionar problemas de carácter social.

-Esta medicación innecesaria, ¿se produce porque los médicos recetan con mucha facilidad o porque los pacientes la demandan insistentemente?

-La decisión de prescribir del médico es compleja e intervienen muchos factores, la demanda de los pacientes es importante, también el peso que tiene la industria farmacéutica. Lo que apuntan los estudios de los pacientes en los últimos años es que lo que buscan es tiempo de calidad, conversación. Ser escuchados y atendidos adecuadamente. Lo que nos solemos encontrar es falta de tiempo por parte del facultativo y probablemente es más fácil prescribir que intentar cambiar los hábitos de vida. El fármaco es visto como "por lo menos me dio esto". No demandan medicamentos, demandan soluciones.

-El tiempo de atención es una carencia muy acusada en los pacientes... ¿Hay solución?

-Los médicos que tienen menos carga asistencial prescriben menos. Habría que bajar la ratio de pacientes por médico o bien aumentando el número de médicos o bien haciendo que el paciente tenga una mayor formación en autocuidados y demande menos la asistencia. Esto es complicado, la Administración siempre se ve con recursos limitados y hay que priorizar. Probablemente habría que empezar a priorizar los médicos frente a los medicamentos, ahorrar parte de la factura y dedicarla a tener un mayor número de médicos, lo que acabaría ahorrando dinero a al Administración.

-En el libro inciden mucho en la presencia de las farmacéuticas, hasta el punto de que las tienen en la mismísima consulta. ¿Cuánto aprietan estas empresas?

-La farmacéutica intenta presentar los medicamentos como la solución ideal para una patología. Debemos verlo como normal por el tipo de economía de mercado en la que vivimos. Lo que sí debemos ser más conscientes es de la importancia de que los médicos dispongan de fuentes de información independientes. Es lógico que la farmacéutica presente sus resultados como los más óptimos, pero no es lógico que el médico tenga como principal y única fuente de información la promoción que le suministra la industria farmacéutica. La Administración no ha atendido suficientemente esta demanda de formación de los profesionales y ese nicho fue cubierto. Los médicos que más aprecian la información de la industria farmacéutica son aquellos que prescriben más y de peor calidad. Aquellos que valoran más las fuentes de información independientes prescriben menos y de mejor calidad.

-Durante años se han criticado mucho los incentivos que las farmacéuticas daban a los médicos. ¿Hoy en día cómo funciona?

-Se atajó bastante. Sin embargo, siguen existiendo otras vías muy importantes que siguen condicionando y trasladando al médico una información deficiente al médico, por ejemplo los congresos, claramente sesgados con información limitada.

-Los médicos no tienen por tanto tampoco una formación independiente.

-No, ningún visitador médico es independiente. Incluso va más allá, no es ya la información que se da, sino el trato, la relación íntima que se puede establecer en esa visita personal, a puerta cerrada, en su despacho. Se podría admitir que alguien pudiera dar una charla en un centro de salud en la que asistieran los profesionales y el público tuviera una oportunidad de preguntar y debatir en un foro abierto. Lo que no parece razonable es que sea una visita individualizada.

-Que además se produce en horario de visita de pacientes ¿no?

Sí, en horario de trabajo. En ese sentido hay que avanzar mucho más.

-En el libro también inciden en que el paciente tiene que formar parte de su propio tratamiento?

-Hay que implicar mucho más al paciente en el proceso de tratamiento. Se pasó de una visión paternalista de la medicina donde el médico tenía el conocimiento y a partir de ahí el paciente se ponía en sus manos a una visión en la que hay que aumentar la corresponsabilidad. Lo que muestran los estudios es que si uno es consciente de cuáles son sus problemas, los tratamientos van a ser más eficaces. Esto tiene que ver mucho también con los fármacos genéricos, un tema que nos sigue preocupando. Hay una mala posición sobre ellos en parte de los pacientes y lamentablemente en parte de los farmacéuticos y eso es por desconocimiento.

-Son lo mismo.

-Exactamente igual. Lo que pasa es que choca con una visión que tenemos con la vida ordinaria y es que el precio y la marca van asociados a un prestigio y unas garantías. Eso no es así en los fármacos porque tenemos organismos reguladores y estudios que nos aseguran que ese medicamento es exactamente idéntico a otro. Es verdad que puede haber algunas limitaciones en las que también hay que avanzar porque quizás a determinadas personas les resulta un inconveniente que la caja exterior cambie.

-Para llegar a la formación de los pacientes tienen que implicarse médicos y farmacéuticos pero volvemos otra vez a la falta de tiempo de los profesionales.

-Sí, es un tema fundamental. La ausencia de tiempo se suple con medicamentos. Nosotros nos damos cuenta de que la posición del gestor sanitario es complicada y que los recursos son limitados. Los equilibrios son difíciles pero lo que nos dice la literatura es que cuando los médicos tienen menos pacientes proporcionalmente van a prescribir menos.

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