Aproximadamente el 10 por ciento de los trabajadores en España tienen una tensión arterial alta pero la incidencia varía mucho por sexos ya que el porcentaje de hombres con hipertensión (12,7%) triplica al de las mujeres (4,5%).

Así se desprende de los datos de un estudio elaborado por Premap Seguridad y Salud a partir de los reconocimientos médicos realizados a 820.938 trabajadores de distintos sectores de la economía española, que muestra como un 40 por ciento tenían la tensión normal o un poco más alta de lo recomendado.

Sólo la mitad de los trabajadores analizados tenían en un nivel óptimo su presión arterial pero, al analizar los datos por sexos, se observa que mientras el 68 por ciento de las trabajadoras tienen su tensión en unos rangos ideales esto sólo sucede en el 39 por ciento de los hombres.

El director de Medicina del Trabajo de Premap, José Manuel Gómez López, reconoce en declaraciones a Europa Press que esta diferencia por sexos puede deberse a que la población masculina del estudio tenga más edad que la femenina, si bien también puede influir que los hombres "presenten hábitos de vida menos saludables".

Por grupos de edad, en el estudio se observa que en la población trabajadora va incrementando con la edad el porcentaje de quienes empeoran las cifras de su tensión. Así, mientras entre los menores de 40 años solo un 4 por ciento la tiene elevada, entre los 40 y los 49 años el porcentaje sube al 10,5 por ciento, y entre los 50 y los 59 vuelve a duplicarse hasta afectar al 20,4 por ciento. A partir de los 60 años, uno de cada cuatro trabajadores analizados (28%) son hipertensos.

No obstante, ha añadido Gómez, aunque la hipertensión es un problema de salud que afecta sobre todo a personas de más de 50 años y se incrementa con la edad, en los últimos años se ha adelantado la edad de inicio.

Además, si se comparan estos datos con los análisis realizados a la población trabajadora en 2010 se observa que la situación ha mejorado solo ligeramente ya que ese año el porcentaje de trabajadores hipertensos era ligeramente superior al 11 por ciento, frente al 10 por ciento actual.

En cuanto a las diferencias entre hombres y mujeres, se observa que en el año 2010 el porcentaje de mujeres trabajadoras con la tensión alta era idéntico al actual (4,5%) pero, en cambio, el porcentaje entre los hombres ha caído ligeramente del 14,6 al 12,7 por ciento.

Una de las razones de esta ligera mejoría en estos parámetros puede deberse a que, según los estudios de Premap, en los últimos años ha ido descendiendo el porcentaje de trabajadores que fumaban habitualmente, un 35 por ciento en 2010 frente a poco más del 30 por ciento en la actualidad.

En lo que respecta al sobrepeso u obesidad, hace seis años afectaba al 55 por ciento de los trabajadores, apenas un punto más que en la actualidad (54%), a pesar de las campañas que fomentan hábitos saludables que se han llevado a cabo desde entonces.

El auge del deporte no se nota en los datos de sobrepeso

Esta ralentización en la disminución de la obesidad y el sobrepeso en el entorno laboral contrastan con la tendencia general de la sociedad a llevar una vida más sana y deportiva, por lo menos en sus mbitos privados, reconoce el director de Medicina del Trabajo de Premap.

De hecho, invita a las empresas a influir positivamente en esta tendencia, ya que "el ámbito laboral es un espacio idóneo para promover los hábitos saludables y así poder incidir sobre factores de riesgo que se pueden controlar como la obesidad, el colesterol, la hipertensión, el sedentarismo o la diabetes".

Para ello, su empresa ha puesto en marcha el servicio 'Qhealth Empresa Saludable' que ayuda a gestionar en las empresas entornos que promuevan una vida más sana, tanto en el lugar de trabajo como en la vida doméstica.

"Se calcula que por cada euro invertido por las empresas en la promoción de la salud se obtiene un retorno de 4,80 euros en términos de ahorros de costes y aumento de la productividad", ha reconocido Gómez.