Investigadores del Instituto de Investigación Sanitaria (IDIS) de Santiago de Compostela han participado en un estudio internacional coordinado por el Imperial College de Londres que demuestra que la expresión de dos biomarcadores podría determinar, en un plazo de dos o tres horas como máximo, si un niño padece una infección de meningitis bacteriana grave o se trata de una infección vírica. Este hallazgo podría permitir la implantación de un test sencillo y casi inmediato que podría salvar miles de vidas y reducir la administración de antobióticos, un problema de salud público mundial.

"Por primera vez un estudio encuentra lo que podría considerarse como el santo grial en el terreno de la infectología: determinar si un niño padece una infección vírica o bacteriana", asegura el responsable de la Unidad de Infectología e Inmunología Pediátrica y jefe de Pediatría del Hospital Clínico de Santiago Federico Martinón, responsable del grupo que coordinó la investigación en España.

El estudio, que publica la prestigiosa revista "The Journal of the American Medical Association JAMA", ha sido desarrollado por hospitales españoles, ingleses, holandeses y estadounidenses e incluyó más de 350 niños menores de cinco años que presentaban fiebre secundaria a diversas causas bien establecidas, tanto infecciones bacterianas, como víricas, o fiebre por enfermedades inflamatorias. En ellos, los investigadores determinaron el patrón de expresión funcional genética mediante el análisis de sus transcriptomas y, posteriormente, seleccionaron aquellos genes que permitían diferenciar unos pacientes de otros, y hacer una selección de los que de una forma más fiable y sencilla permitiesen el diagnóstico.

"La conclusión fue muy atractiva porque analizamos miles y miles y miles de genes que se expresaban en cientos de pacientes y concluimos que se podía discriminar si el paciente tenía una infección vírica o bacteriana solo con la expresión de dos genes", explica el investigador y profesor Antonio Salas.

Según Salas, nunca antes se había realizado un estudio ni siquiera parecido, lo que ya es un hito. "Hasta ahora solo se habían analizado genes aislados. Esta es la primera vez que se analiza cómo se expresan absolutamente todos los genes en el paciente. Además, es la primera vez que se concibe un diseño experimental de estas características con unos cortes de pacientes tan bien definidos", dice.

Este hallazgo permitirá implementar un tipo de test "preciso, rápido y eficaz" para diferenciar la causa de la infección, perfectamente aplicable en los laboratorios hospitalarios. "El objetivo en un plazo corto, esperamos que en cuatro años, es concebir un test que permita conocer los resultados en dos o tres horas como mucho, lo que sería un gran avance porque el método estándar actual es el cultivo celular, cuyos resultados tardan dos días. Y luego ir acortando estos plazos hasta llegar a los resultados a pie de paciente", añade. Esta reducción de tiempos no solo permitiría una mejor práctica clínica al facilitar un tratamiento adecuado, sino que reduciría la administración de antibióticos. "Mientras se esperan los resultados, y de forma preventiva, el médico prescribe antibiótico, algo que si la infección es vírica no sirve para nada. El abuso de antibióticos está creando poblaciones de patógenos cada vez más resistentes, lo que supone un grave problema mundial de salud pública. Nos estamos quedando sin antibióticos eficaces", advierte.