Cuando se hace hincapié en la necesidad de mantener unos hábitos de vida saludables se suele hacer alusión a la alimentación y a la actividad física. Pero por muy bien que comamos y por mucho ejercicio que hagamos, la vida siempre se hará un poco más cuesta arriba si no hemos dormido lo suficiente. Pero, ¿cuánto es eso?

La experta en trastornos del sueño Harneet Walia, de la Clínica Cleveland (Estados Unidos), insiste en la necesidad de "considerar el sueño como una prioridad" y admite que el tiempo necesario para conseguir un buen descanso nocturno varía en función de cada individuo.

No obstante, la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos elaboró una clasificación orientativa por franjas de edad con nueve categorías, que muestra como a medida que el ser humano envejece necesita dormir menos:

- Recién nacidos, de 0 a 3 meses: 14-17 horas.

- Bebés menores de un año, de 4 a 11 meses: 12-15 horas.

- Niños más pequeños, de 1 a 2 años: 11-14 horas.

- Niños en edad preescolar, de 3 a 5 años: 10-13 horas.

- Niños en edad escolar, de 6 a 13 años: 9-11 horas.

- Adolescentes, de 14 a 17 años: 8-10 horas.

- Adultos jóvenes, de 18 a 25 años: 7-9 horas.

- Adultos de 26 a 64 años: 7-9 horas.

- Mayores de 65 años: 7-8 horas.

Esta doctora reconoce que no hay evidencia de que haya factores genéticos, ambientales o de comportamiento que ayuden a determinar si una personas con mejor estado de salud necesita menos horas de sueño para tener un buen rendimiento diario. Sin embargo, según reconoce, parece claro que se necesitan un mínimo de siete horas para mantener un buen estado de salud.

Consecuencias para la salud

Entre las consecuencias de dormir por debajo de lo recomendado para cada grupo de edad, la doctora Walia cree que el principal riesgo son los problemas de somnolencia y que se te empiecen a cerrar los ojos de forma involuntaria, ya que puede tener múltiples consecuencias negativas, incluso fatales.

- Deterioro de la memoria: La falta de sueño puede afectar a la capacidad para pensar, recordar y procesar la información.

- Estrés en las relaciones: Puede generar mal humor y más probabilidades de iniciar discusiones con los demás.

- Calidad de vida: Te lleva a estar menos dispuesto a participar en actividades cotidianas con tus amigos o familiares, o hace que estés menos dispuesto a hacer ejercicio.

- Mayor riesgo de accidentes de tráfico: conducir con sueño conlleva un riesgo potencial de sufrir un accidente de tráfico, como demuestran continuamente las estadísticas de seguridad vial.

Además de estos riesgos más a corto plazo, esta experta reconoce que si la falta de sueño se cronifica puede asociarse a otros problemas de salud más graves, como un mayor riesgo de hipertensión arterial, diabetes, infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca o accidente cerebrovascular. Y entre otros problemas también podrían incluirse la obesidad, la depresión o la falta de apetito sexual.

Y no digamos de cómo afecta al aspecto físico, ya que favorece la aparición temprana de arrugas u ojeras. Y la explicación científica podría estar en que la falta de sueño causa un aumento del cortisol, conocida como la hormona del estrés, lo que favorece una descomposición del colágeno que es la proteína encargada de mantener la piel suave.

"La gente no está durmiendo lo suficiente. Hemos situado el sueño tan abajo dentro de nuestra lista de prioridades frente a otras cosas como la familia, la vida personal o el trabajo", reconoce Walia, que insiste en la necesidad de "hacer ver a la gente lo importante que es dormir lo suficiente".