Con la llegada del calor, también comienzan los baños en el mar, una práctica que además de refrescarnos produce beneficios físicos y terapéuticos en nuestra salud. Desde la antigüedad que se conocen los efectos saludables de los baños de mar.

Hipócrates, ilustre médico de la antigua Grecia, ya decía que el mar era capaz de curar enfermedades y recetaba inmersiones y lavados en agua salada para tratar dolencias comunes.

El agua del mar debido a su densidad nos facilita la relajación muscular, mejora nuestra capacidad respiratoria, ayuda en la eliminación de toxinas, mejora la circulación sanguínea debido a la presión.

Por su alto contenido de sodio es de gran ayuda en la recuperación muscular, en el agua los esfuerzos del corazón son menores, alivia dolores reumáticos y musculares.

Los baños en agua del mar son buenos para combatir la psoriasis, su alto contenido de magnesio es muy efectivo para ayudar a calmar la ansiedad, revitaliza los tejidos y equilibra y retrasa el envejecimiento de la piel.

La brisa marina y los paseos por la arena ayudan a nuestro organismo a mantenerse bien, actúa como una especie de spray natural muy rico en yodo, lo cual es perfecto para regular la glándula tiroides.

El aire del mar es rico en iones negativos generados por las olas del mar, que tienen un efecto beneficioso sobre nuestro organismo, relajando y favoreciendo la producción de serotonina, aportándonos bienestar y efectos antidepresivos.

Despójate de tus ropajes y disfruta de un chapuzón en el mar.