Hasta ahora, los sensores integrados en las zapatillas de correr sólo permitían contar los pasos y el tiempo que se tarda en darlos. Estos dispositivos dejaban una laguna en el mercado ya que únicamente calculan velocidades, sin dar ningún tipo de referencia sobre la efectividad y la perfección de la técnica del corredor.

En otras palabras, que podían saber cuánto corrían, pero no si se hacía bien o mal. El proyecto runsafer, nace por tanto de la intención de ayudar al creciente grupo de adeptos a este deporte dando un paso más en la investigación del calzado deportivo para el mejor rendimiento y la prevención de la salud del corredor.

El Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) y la ilicitana Kelme han comenzado a investigar sobre un proyecto de zapatillas de correr que, a través de un dispositivo, ayudará a planificar el entrenamiento y a evitar lesiones. La información se transmite en tiempo real al dispositivo móvil por lo que, durante la misma carrera, se pueden ir controlando e identificando los comportamientos erróneos a la hora de correr.

Juan Carlos González, director del ámbito de indumentaria y calzado de IBV, comenta que su intención es "ir más allá del entretenimiento de poder saber cuánto corres y ver si superas tus marcas para entrar en la seguridad de la carrera".

La idea es que la zapatilla analice la pisada a través de un sistema de medición microelectrónico y que, además de medir los pasos, estudie el pie y, principalmente, el tobillo en los tres ejes del espacio. Los movimientos de prono supinación y flexión, es decir, el movimiento lateral y vertical del pie, son captados por el dispositivo y así se calibra la posibilidad de sufrir un esguince o cualquier otra lesión por la forma de correr del deportista.

Además, también quedan registrados los impactos que se producen durante la carrera en cada pisada, que pueden llegar a alcanzar una fuerza de hasta tres veces el peso del cuerpo y, de esta forma, se revisa el nivel de fatiga. "El objetivo es poder llegar a decirle al corredor en qué momento se está pasando y está forzando los músculos para evitar llegar al punto de lesionarse", explica González.

El deportista contará también con una aplicación en la web de runsafer que le generará planes de entrenamiento personalizados a partir de un análisis de la biomecánica de su carrera. El número de corredores en Europa ha sobrepasado ya los 80 millones, lo que viene a ser el 36% de la población del continente en una franja de entre 15 y 65 años.

De ese total, entre un 37% y un 56%, según informa el IBV, se lesiona por lo menos una vez al año, con lo que runsafer cubriría las necesidades de un gran porcentaje de la población europea. "El IBV está enfocado a la investigación en biomecánica y ergonomía para ayudar a las empresas a innovar y a las personas a mejorar su calidad de vida", explica González.

La investigación del proyecto comienza ahora a dos años vista, con lo que se planea que entre al mercado dentro de dos o tres años. IBV y Kelme son las promotoras de la iniciativa, pero la gestión será de carácter europeo. Tanto la española Bkool, que se hará cargo de la página web del producto, como Dukosi, Nuromedia y los centros tecnológicos iPmS y EII formarán parte del proyecto, que entra en el VII Programa marco de la comisión europea.