Beber agua es un hábito necesario y muy saludable, siempre que no sea llevado al exceso. Algunas personas no tienen capacidad para controlar la cantidad que ingieren, y lo hacen de manera exagerada, llegando a superar los 6 o 7 litros diarios, un consumo compulsivo y continuado que se conoce con el nombre de potomanía. Pacientes con esquizofrenia, diabetes mellitus, traumatismos que afecten al hipotálamo o trastornos de la alimentación pueden manifestar es te trastorno, con graves consecuencias para el organismo.

El agua es fuente de salud, pero ya lo advirtió Aristóteles: la virtud está siempre en el término medio. Y es que aunque los expertos recomiendan consumir unos dos litros al día, algunas personas no tienen capacidad para controlar la cantidad que ingieren y lo hacen de manera exagerada, llegando incluso a superar los seis y siete litros diarios. Sufren un trastorno bautizado como potomanía, que lleva implícito un deseo constante de beber gran cantidad de líquido de manera compulsiva y sin estar especialmente sediento.

"La potomanía es un tipo de polidipsia psicogénica caracterizada por el deseo compulsivo de beber gran cantidad de agua de forma continuada", explica el especialista del Servicio de Psiquiatría del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) Juan Carlos Díaz del Valle, quien destaca que los pacientes que sufren ese trastorno pueden llegar a beber "más de seis o siete litros de agua a diario". "La potomanía no se debe confundir con la dipsomanía, que es el resultado de beber excesivamente, pero está más relacionada con tóxicos y líquidos de rápida ingesta, generalmente el alcohol", apunta Díaz del Valle.

Asociado a la esquizofrenia

El especialista coruñés explica que, más que una patología en sí, la potomanía es un "síntoma" asociado a ciertas enfermedades mentales, como la esquizofrenia; a desórdenes orgánicos u hormonales, como la diabetes mellitus; o a alteraciones en el funcionamiento del hipotálamo -el área del cerebro encargada de regular la sed-, como consecuencia de un traumatismo o una infección.

"También hay un tipo de potomanía específica, vinculada a pacientes con trastornos de la alimentación, sobre todo con anorexia, que ingieren grandes cantidades de agua para tratar de perder peso o, por el contrario, para engañar a la báscula y fingir que lo han ganado justo antes de pesarse", subraya Díaz del Valle. Una sobredosis de agua resulta muy nociva para la salud, ya que puede alterar el correcto funcionamiento de los riñones y la composición de la sangre, además de poner en peligro el equilibrio de fluidos y electrolitos dentro del organismo.

"Las consecuencias de una ingesta masiva de agua pueden ser muy graves, ya que se puede producir un desequilibrio hidroelectrolítico en el organismo", advierte el doctor Díaz del Valle, quien destaca que un consumo excesivo de ese líquido puede conllevar que el cuerpo pierda minerales como el sodio, el potasio o el magnesio. "Esto puede provocar náuseas, dolores de cabeza, diuresis? pero también convulsiones, pérdida de concentración, parálisis, desmayos y, en casos más extremos, la muerte", subraya.

El tratamiento de la potomanía depende de la causa de base aunque, en general, se debe restringir el consumo de líquidos a un litro y medio o dos diarios. "Para evitar la hiponatremia (bajada del sodio en la sangre) se puede recurrir a diuréticos, aunque esto palia los síntomas, no soluciona el problema", indica el doctor Díaz del Valle. "La forma más eficaz de frenar la potomanía es mejorar el tratamiento de la enfermedad que la provoca", concluye el especialista coruñés.