Los Paraísos artificiales de Sheila Pazos sorprendieron ayer en la última jornada de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid que se dedicó exclusivamente a los desfiles de los creadores emergentes en el Samsung EGO. El preciosismo de sus paisajes plasmados en tela; los sombreros espectaculares y extravagantes con elefantes, árboles, algún tren o ciudad y montañas; así como la ensoñación de sus estilismos acercaron a los presentes en el desfile y a los seguidores a través de las redes sociales a una colección que nació inspirada en el libro Las ciudades invisibles de Italo Calvino pero que giró levemente hacia la experiencia vital de la diseñadora pontevedresa en los paisajes suizos que vivió de niña.

"Mi objetivo en el Samsung EGO -explicaba días atrás esta joven licenciada por la Esdemga, la escuela superior de diseño textil en Galicia, ubicada en Pontevedra- es dar a conocer mi trabajo a nivel nacional y, si puede ser, internacionalmente en la busca de un futuro laboral".

Formada el pasado año en Amsterdam, en el taller de Viktor & Rolf, Sheila Pazos deslumbró ayer en Madrid por sus composiciones abstractras y extravagantes, por momentos; pero muy ponibles en otros. No obstante, el premio Fashion Talent a la mejor colección del EGO fue para Ela Fidalgo, mallorquina formada en Madrid y su colección Work in progress, con el negro y blanco totales mostrados en pliegues y arrugas que nos hizo recordar y echar de menos a otra gallega, Eva Soto que deslumbró en ediciones anteriores en dicha pasarela con sus preciosos vestidos de pliegues minúsculos.

AirovA, en el showroom

Por otra parte, en estos últimos días, se podía ver en el showroom del EGO, sin desfile, la creación de otra gallega, la coruñesa Ana Fernández, con su marca AirovA. Su colección Le silence se caracteriza "por la utilización de materiales naturales y tejidos artesanales. Por un lado, las lanas están asociadas a los elementos físicos de Galicia; la naturaleza, la arquitectura, los materiales que la caracterizan como la piedra. (...) El tejido -en el que pinta a mano ilustraciones de la planta del tojo- está inspirado en el paisaje otoña e invernal del interior gallego", explica en una nota la diseñadora que echó mano de la "teoría de la síntesis de las artes de Ruskin" para "incluir en la colección algún elemento escultural". Otra fuente de inspiración fue un tejido creado en un telar de Allariz para recuperar la memoria artesanal de Galicia.