Noche de elegancia y emociones en la 67ª edición de los premios Emmy, en la que se coronó como gran triunfadora Juego de tronos con 12 galardones. La fiesta de la televisión llegó precedida de una alfombra roja con estilismos para todos los colores.

Las veteranas se decantaron por el color negro, como el Stella McCartney de Jamie Lee Curtis, Amy Poehler y su Michael Kors, el Safiyaa de Julia Louis-Dreyfus y Taraji P. Henson y su Alexander Wang, Lily Tomlin, Kathy Bates y Frances McDormand, que regresó a su casa con dos estatuillas. Impresionante con un Brandon Maxwell apareció Lady Gaga, lejos de los extravagantes estilismos a los que nos tiene acostumbrados, y con el pelo media melena y un maquillaje perfecto para la ocasión.

Hubo mucho rosa, representado por ejemplo en el vestido de Jonathan Cohen por el que se decantó Uzo Aduba, la ganadora del Emmy a la mejor actriz secundaria por su trabajo en Orange Is The New Black; o el de la esposa de Andy Samberg, el maestro de ceremonias, que eligió un modelo del español DelPozo.

Del mismo tono por el que se decantaron Niecy Nash y la impresionante Gwendoline Christine, ambas protagonistas de Juegos de tronos, y la veterana Christine Baranski. También Joanne Froggatt, miembro del reparto de Downton Abbey, lució un vestido en gasa rosa de J Mendel, con detalles en negro.

Jane Krakowski también se dejó seducir por la misma tonalidad en su Bibhu Mohapatra y algo más intenso fue el rosa por el que se decantó Elisabeth Moss y su Oscar de la Renta palabra de honor. Aquí también podríamos enmarcar el vestido en tono maquillaje de Jenny Packham para Emma Roberts y el Prada de Claire Danes, una de las favoritas por su trabajo en Homeland, aunque regresó a casa sin el ansiado premio.

Laverne Cox acertó con un Calvin Klein Collection by Francisco Costa en color azul mar, mientras que su compañera en Orange Is The New Black, Laura Prepon, nos dejó boquiabiertos con el estilismo palabra de honor de Christian Siriano en color rojo.

No defraudó Sofía Vergara, la eterna nominada, con su apuesta por los vestidos con forma de sirena. Esta vez se decantó por un estilismo de St. John en tonos dorados, perfecta para lucir al lado del siempre elegante Joe Manganiello, su prometido.

Las hubo que se atrevieron con el amarillo, como Taylor Schilling, a la que no sentaba nada bien el Stella McCartney, todo lo contrario al Versace de Heidi Klum con transparencias, que nos recordaba una vez más lo bien que se conserva la modelo y presentadora alemana. Y el verde fue uno de los grandes ausentes, tan solo representado en el mono de Ulyana Sergeenko.

Kerry Washington hizo gala de su buen gusto en el vestir al elegir un estilismo de Marc Jacobs por debajo de las rodillas en plata vieja, con elementos en plata nueva y dorados. Gina Rodríguez, ganadora en la categoría de mejor actriz de comedia el pasado año, optó por un Lorena Sarbu palabra de honor en blanco, de las pocas que se atrevieron con el color que ha triunfado en las alfombras de Venecia y Toronto.