Apareció viva pero finalmente murió por su delgadez: «Podemos estar ante una nueva llegada de tortuguitas a la costa gallega»

La oenegé Cemma explica qué hacer ante el avistamiento de estos pequeños galápagos marinos en previsión de su próximo desembarco o varamiento en las playas de la comunidad

Esta tortuga llegó viva a la costa gallega, pero poco despúes falleció.

Esta tortuga llegó viva a la costa gallega, pero poco despúes falleció. / CEMMA

Marta Clavero

Marta Clavero

En las últimas horas, la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA) ha lanzado un aviso en redes sociales después del último hallazgo de animal marino en el litoral de Galicia.

Se trata de una pequeña tortuga que fue encontrada en la playa de Razo, arenal ubicado en la localidad coruñesa de Carballo: «Esta apareció viva, pero falleció a las pocas horas» comentaban los miembros de esta oenegé en sus redes sociales. También informaron del motivo de su muerte: «En el examen postmortem se confirmó que estaba muy delgada».

Ante esta situación, la asociación ha querido advertir a la ciudadanía que «podemos estar ante una nueva llegada de tortuguitas a la costa gallega», y en ese caso recomiendan que «si encontráis alguna, por favor avisad al 112».

«Percebeira», la penúltima en llegar

Hace un par de meses, apareció en el litoral de Fisterra, también en la provincia de A Coruña, otro galápago, en este caso con percebes adheridos a su caparazón.

Aunque no se alimentan de las tortugas, la presencia de estos crustáceos puede causarles daño cuando se fijan a ellas, por ejemplo, dificultándoles la natación y su buceo: esto repercute en su gasto energético.

Perceberia llegó en marzo a la costa de Fisterra con cirrípedos fijados a su caparazón.

Perceberia llegó en marzo a la costa de Fisterra con cirrípedos fijados a su caparazón. / PabloCovelo / CEMMA

También pueden causar irritación y posibles heridas en la piel del galápago, y en casos extremos, perforar la capa externa de su concha, exponiéndose a contraer infecciones.

Precisamente, los miembros de Cemma que se hicieron cargo de ella la bautizaron como 'Percebeira'. Días después, durante su fase de recuperación, mostraron esa «pesada carga» que llevaba encima, y de la que le habían liberado, aunque no fue lo único que encontraron en esta tortuga. También despuraron de su organismo «basura marina».

Algunos de los residuos externos e internos que hallaron en la tortuga 'Percebeira'.

Algunos de los residuos externos e internos que hallaron en la tortuga 'Percebeira'. / Pablo Covelo / CEMMA

Explican en CEMMA que cada año aparecen varados en la costa gallega una media de 240 cetáceos, lobos marinos y tortugas. La mayoría son animales que ya llegan muertos, arrastrados por las corrientes, pero aproximadamente el 10% aparecen vivos. Es entonces necesario poner en marcha actuaciones para valorar cada caso, decidir entre la reintrodución inmediata o el traslado para un proceseo de rehabilitación. Una vez superado este periodo, es el momento de proceder a su liberación una vez que los animales están recuperados.

En el caso de las tortugas marinas, es fundamental que no se devuelvan al mar hasta que expulsen todos los plásticos y basura que hayan ingerido.

Revargal se pone en marcha como continuación y refuerzo del trabajo realizado por la Red de Varamientos de Galicia desde 1990, y dentro de un programa de ayudas promovido por el Ministerio para la Transición Ecológica a través de la Fundación Biodiversidad, financiado por la Unión Europea –NextGenerationEU– a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) y con el apoyo de la Consellería de Medio Ambiente e Cambio Climático..

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