Galicia también busca hogar para reptiles, hurones, aves, cerdos, burros, cobayas y tortugas

Bunny busca familia. Es una conejita ya castrada. Suele estar suelta en casa -teniendo precaución con cables y cosas que pueda morder-: «Nos encantaría que encontrase familia con otro conejo con el que disfrutar el resto de su vida en compañía».

Este anuncio es el más reciente, -de apenas hace unos días- que la Asociación Galega de Animales Exóticos (AGAE) ha compartido en sus perfiles de redes sociales.

Esta protectora atiende a casi cualquier animal que no sea perro o gato. Nació hace casi diez años, pero lleva consituida en asociación algo menos. Sus miembros no tienen local así que suelen llevarse para su casa las especies que llegan a sus manos, bien abandonadas o heridas. Esta suerte de arca de Noé acoge a roedores, conejos, hurones, aves, reptiles, peces, e incluso a especies de mayores dimensiones como minicerdos, cabras, caballos o burros, y hasta, en ocasiones, animales de granja sin hogar.

Su principal labor es la de encontrar familias adoptantes, pero mientras éstas no aparecen se han de hacer cargo de los gastos que acarrea cada animal, desde su alimentación hasta los tratamientos veterinarios, además de darles cobijo junto a ellos.

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Su financiación pasa por aportaciones de los socios, tasas de adopción, recogida de animales de propietarios que no pueden (o no quieren) cuidar a estas mascotas, y donativos puntuales. Por su parte, los miembros de AGAE también se rascan su bolsillo, además de organizar rifas, loterías, venta de camisetas y otros objetos de su mercadillo artesanal.

El proceso de adopción

Tortugas, petauros, chinchillas, anfibios, hamsters, cobayas, erizos, geckos, loros, palomas, periquitos..., para cualquiera de los inquilinos de AGAE, la familia adoptante tendrá que informarse primero sobre las condiciones y la tasa de adopción. También será necesario rellenar un formulario de preguntas en la que expresar la experiencia con este tipo de animales, e información sobre rutinas de la familia el hogar en el que vive.

El siguiente paso en el proceso de adopción es realizar una entrevista presencial o por videoconferencia. Si todo va bien, se tramitará la adopción, a través de un contrato y el seguimiento del animal de por vida.