El concejal de Medio Ambiente de Sóller (Mallorca) ha denunciado ante la Guardia Civil el uso de trampas con las que se han capturado gatos asilvestrados que han sufrido graves lesiones. Como consecuencia, dos gatos han sufrido la amputación total o parcial de una de sus patas. Otro tuvo que ser sacrificado por las irreversibles heridas que presentaba en su cuerpo.

Según explicó Josep Lluís Puig, los hechos, que pueden constituir un presunto delito de maltrato animal, se han producido en la urbanización Es Través, entre las calles de Bunyola y Alaró. Según parece, un vecino de la zona habría colocado un cepo trampa con el que ha capturado varios gatos de las dos colonias felinas que el ayuntamiento tiene controladas en la zona.

Al menos tres animales han escapado de la trampa (se supone que es un cepo dentado que se dispara al pisarlo) y han tenido que ser atendidos por los servicios veterinarios por las graves heridas que presentaban. Puig expresó su malestar por estos hechos y recalcó que el autor puede enfrentarse a un presunto delito de maltrato contra los animales.

El concejal de medio ambiente acudió a las oficinas de la Guardia Civil de Sóller donde interpuso una denuncia, que será remitida al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) del propio Instituto Armado. Josep Lluís Puig lamentó los hechos por las graves heridas que han sufrido los animales que han caído en la trampa. Pero también puso de manifiesto que el cepo "puede suponer un peligro para las personas, especialmente para los niños".

La Guardia Civil se ha hecho cargo de las investigaciones y el ayuntamiento de Sóller confía en que pronto pueda identificarse la persona que ha instalado el cepo dentado.

Recientemente, un juzgado de Palma condenó a un hombre a seis meses de cárcel por un delito de maltrato animal por no tratar a su perra enferma ni llevarla al veterinario durante unos seis meses en el Coll den Rabassa hasta que el can, llamado Luna, finalmente falleció el 23 de abril de 2016. La muerte de la pitbull Luna tuvo una gran repercusión en la isla. El partido animalista Pacma denunció al dueño, hubo una recogida de firmas en Internet pidiendo Justicia e incluso se organizó una concentración en la ciudad.