Raphael: "A las mujeres las veo muy bien; fuertes y luchadoras"

Miembro selecto del club de los que han vendido más de cien millones de discos, Raphael (Linares, 1943) no para de generar noticias. Rueda la comedia 'Mi gran noche', su vuelta al cine, de la mano de Álex de la Iglesia, tras décadas separado de las cámaras. Se autoparodia encarnando a Alphonso, "un divo de la música internacional, todo exigencias". Al tiempo, sigue con la gira de su último álbum, De amor y desamor, que recala en Barcelona a finales de este mes. Un disco de oro, reeditado ahora con DVD.

Entre amores y desamores, el artista tiene clara su elección. "Aun con la situación actual, yo creo que el romance es lo más importante de la vida. Un mundo sin amor sería de sordos; tan triste como si no existiera la música. Pero reconozco que para un artista de mis características -preocupado de interpretar más allá de la voz-, los temas de desamor son más lucidos".

Piensa que hombres y mujeres se enamoran de igual modo. "Eso sí, al margen del género, hay quien lo hace en plan dramático y tiende al exceso. Pero no creo que el varón se fije más en el físico, por ejemplo. A mí me interesa el interior del ser humano. Y si tiene los ojos maravillosos y las piernas más largas que el Ebro, estupendo".

Las diferencias las encuentra en otros aspectos. "Creo que la mujer es más fuerte. No hay nadie más valiente que una madre coraje. En general, el hombre, ante cualquier problema serio, se viene abajo. Es más quieto, más conformista en cierto modo. Aunque luego, cuando quiere algo, lo quiere ya y es muy determinado. El paseo de la mujer es más largo, aunque lleve al mismo sitio".

Defensor de la pareja, cree que es distinto vivir como tal o formar un matrimonio: "Si hay papeles de por medio, las rupturas se piensan dos veces y el miedo a perder a tu compañera de un día para otro es menor". Casado con la periodista Natalia Figueroa desde hace más de 40 años, la define como la mujer ideal. "Es valiente y muy entera. Para ella, si algo se puede arreglar, hay que ponerse a ello, pero si es imposible, mejor no preocuparse. Me gusta que sea práctica. A las mujeres, en general, las veo muy bien en estos días. Luchadoras; los tiempos no están para tonterías. Decididas, fuertes. Cada vez menos dependientes del hombre y comprometidas consigo mismas y no sólo con los demás".

Aunque confiesa haberse llevado con ellas muy bien "de siempre, empezando por mi madre", tiene más amigos que amigas. "Supongo que porque soy un señor casado, siempre viajando por ahí€ y las amigas pueden convertirse en algo más€".