Lola Dueñas: "Admiro a los hombres por su simpleza"

Un buen día, hace casi un lustro, Lola Dueñas (Madrid, 1971) metió en la maleta sus dos premios Goya, el de San Sebastián y el de Cannes y su carrera forjada bajo palio de Almodóvar, Amenábar y Javier Rebollo, entre otros, y se marchó a París a buscarse la vida como una actriz casi desconocida. No le ha ido mal allí, pero lejos de abandonar el cine español, protagoniza dos filmes de estreno: ´Stella Candente´, donde encarna a la cocinera y amante del poliédrico rey Amadeo de Saboya, y ´10.000 noches en ninguna parte´, en la que acompaña a su mejor amigo, en pleno viaje emocional. Una mujer llena de matices, creada por el director Ramón Salazar.

"Es que hay mucha literatura en torno al asunto de que los hombres no acaban de entender del todo a las mujeres. Yo creo que me comprenden perfectamente y a la inversa igual. Siempre me he llevado bien con ellos y considero que nuestras relaciones han sido un buen mano a mano".

Tanto es así que en su infancia prefería la compañía de chicos. "Fue así durante un tiempo, pero desde que vivo en París tengo más amigas que amigos. Y, curiosamente, casi todas son directoras de cine. Cuando alguien es amigo, el género es lo de menos".

No hace distingos entre unos y otras porque no encuentra grandes diferencias de carácter entre los sexos. "Ni de forma de entender la vida, las relaciones o los sentimientos. Sí encuentro distinciones entre gentes de culturas, de países distintos o de educación dispar. Eso sí crea barreras, al margen del sexo, aunque a veces también incide en él; en su definición. Por ejemplo, en Francia el concepto de belleza femenina que tiene el varón es más intelectual y menos físico que aquí". También considera que "un hombre enamorado es menos independiente que la mujer. Ellos crean vínculos de dependencia con más facilidad".

Aunque no cree en la pareja como tal, "más bien en el encuentro con personas distintas a lo largo de la vida", su hombre ideal -que ya encontró y al que confiesa riendo que le ha costado "dar forma"- ha de ser valiente, bueno, tranquilo "y, sobre todo, con cabeza". Admira al otro género por su simpleza, "en el mejor sentido de la palabra, porque simplifican la vida; la hacen más sencilla. Y, bueno, también me encantan sus piernas", añade divertida. En su contra apunta "que son algo ´paradetes´ para promover cambios. Sin duda, son las mujeres las que mueven el mundo".