Acaba de presentar su tercer libro, "Memorias de una puta" (Planeta de Libros), en el que reconoce que "algunas anécdotas" de la protagonista las ha vivido "en primera persona", pero "quitando el detalle del cobro", porque Mari Cielo Pajares asegura que solo se ha prostituido "mediáticamente".

En una entrevista en "La hora de Luján", el programa que dirige y presenta Luján Argüelles en EFERadio, la hija del humorista Andrés Pajares reconoce que es "duro y triste" vivir en Los Ángeles, "en un exilio", porque tiene más oportunidades de trabajo, ya que sus "errores" y apellidos "no pesan tanto". Allí no es Mari Cielo, sino María Pajares.

En EE.UU., Mari Cielo (Madrid, 1976) vive con su novio Gary, de origen panameño, músico de profesión, con quien se casará este año, y donde, además de escribir, se dedica al mundo de la interpretación en cine y televisión. Precisamente, acaba de terminar un filme con Eric Roberts, hermano de Julia Roberts.

Ha venido a España a presentar "Memorias de una puta", una novela que no tiene "tintes autobiográficos": "Algunas anécdotas que le ocurren a la protagonista me han pasado a mí en primera persona, quitando el detalle del cobro, porque nunca me he dedicado a la prostitución. Ni tengo ese proyecto".

En este sentido, reconoce que "es duro contar ciertos detalles propios", pero especifica que "hay detalles reales de tres mujeres que han desarrollado este oficio y me las han contado", algo que agradece en las páginas del libro.

La hija de Pajares cuenta que la idea de escribir el libro surgió de una pregunta que se hizo a sí misma, "¿Qué no haría yo por dinero?", porque, considera, que se ha prostituido "mediáticamente" en "los platós de televisión" y porque ha salido desnuda en portada de una revista "varias veces"; además de que le "intrigaba" los motivos que puede tener una mujer para "llegar a esos extremos".

La historia de la novela, "dramática, aunque también con saltos cómicos", que dedica a su abuela, ha gustado mucho a su madre, quien "se ha reído mucho", porque conocía "muchas de las anécdotas propias", fruto de la confianza que tienen madre e hija.

Una relación lejos de la que mantiene con su padre: "Le dejé el libro encima de la mesa y le dije: 'Aquí te lo dejo', y salí corriendo. Por pudor no voy a comentar la jugada".

Mari Cielo Pajares, que dice haber heredado la "inseguridad" de su progenitor y que cambiaría de su vida "todo aquello por lo que pudiera haber hecho daño a alguien", asegura no ser consciente de la imagen que proyecta, porque "lo mejor en esta vida es ser como eres".