Nuevo viaje de trabajo para la reina Letizia, que después de un fin de semana en familia por el regreso de la princesa Leonor a España el pasado 9 de diciembre, puso rumbo a Los Ángeles para presidir la inauguración de una nueva sede del Instituto Cervantes. Un acto que tuvo lugar ayer tarde y que estuvo precedido por un encuentro con expertos para tratar la importancia y el potencial del español y sus culturas en Estados Unidos, que cuenta con 60 millones de hablantes en español, la segunda más hablada en el país tras el inglés.
Acompañada por el director del Instituto Cervantes, el poeta Luis García Montero, y los responsables de las sedes de Chicago, Nueva York, Boston y Albuquerque, además de otras personalidades como el productor cinematográfico Ignacio Darnuade, Letizia presidió una reunión de trabajo para analizar la situación del español en el país y, especialmente, en Los Ángeles, meca del cine por excelencia y donde la presencia hispana es especialmente significativa. Una cita en la que la reina Letizia eligió color rojo, recuperando uno de sus trajes sastre más versátiles y favorecedores. Un diseño de Roberto Torreta que estrenó a principios de 2018 y que se ha convertido en uno de sus favoritos, puesto que lo ha lucido hasta en siete ocasiones, como fue el caso del 10º aniversario de la Fundación Princesa de Girona, el homenaje a Clara Campoamor en el Congreso, una reunión del Patronato de Estudiantes o su encuentro con la Reina Matilde de Bélgica en Bruselas. Letizia combinó su traje con un abrigo con lana doble faz y cuello con solapa cruzado de Carolina Herrera, cartera de mano y salones de ante de Magrit.