La primera misión totalmente privada llegó ayer a la Estación Espacial Internacional (ISS) con una tripulación formada por cuatro miembros de la empresa Axiom Space. La NASA ha elogiado su asociación a tres bandas con Axiom y SpaceX como un paso clave hacia la comercialización de la llamada “órbita terrestre baja”. La agencia espacial estadounidense se concentrará desde ahora en viajes más ambiciosos hacia las profundidades del cosmos.

Un cohete SpaceX Falcon 9 con la cápsula Crew Dragon Endeavour se acopló el sábado a la ISS y la tripulación ingresó en la estación espacial casi dos horas después, tras su lanzamiento desde el Centro Espacial Kennedy en Florida el viernes. Al mando de la Axiom Mission 1 (Ax-1) se encuentra el exastronauta de la NASA Michael López-Alegría, con doble nacionalidad estadounidense y española, que ha volado al espacio cuatro veces durante sus 20 años de carrera , visitando la ISS por última vez en 2007.

En esta misión le han acompañado tres pasajeros que han pagado su billete: el inversionista inmobiliario estadounidense Larry Connor, el inversionista y filántropo canadiense Mark Pathy y el expiloto de combate, inversionista y filántropo israelí Eytan Stibbe. El precio de los pasajes, que incluye ocho días en la estación antes de un eventual amerizaje en el Atlántico, ha sido de 55 millones de dólares (50,5 millones de euros).

“Estamos aquí para experimentar, pero entendemos que tenemos una responsabilidad de que todo salga bien”, indicó Connor durante la transmisión en vivo de la NASA. Ax-1 es la primera misión con una tripulación totalmente privada que vuela una nave espacial privada a la ISS. Axiom, con sede en Houston, paga a SpaceX por el transporte, y la NASA también le cobra a Axiom por el uso de la estación espacial.

A bordo de la ISS, que orbita a 400 kilómetros sobre el nivel del mar, el cuarteto llevará a cabo 25 proyectos de investigación, incluida una demostración de la tecnología del MIT de mosaicos inteligentes que forman un enjambre robótico y se autoensamblan en la arquitectura espacial.

Otro experimento implica la utilización de células madre cancerosas para desarrollar minitumores y posteriormente aprovechar el entorno de envejecimiento acelerado de la microgravedad para identificar biomarcadores para la detección temprana de diversos tipos de cáncer.