La mezzosoprano alemana Christa Ludwig falleció el sábado 24 de abril, a los 93 años, en Klosterneuburg, al norte de Viena, según informó la televisión pública austríaca. La legendaria intérprete, toda una inspiración para varias generaciones de cantantes, desarrolló su carrera junto a los más grandes de su época, colaborando con directores como Karl Böhm, Otto Klemperer, Herbert von Karajan o Leonard Bernstein.

Sus cualidades la distinguían por su elegancia en el fraseo, la belleza de su timbre y su soberbia capacidad para asimilar diferentes géneros y estilos, ya que cultivó con igual dominio tanto la ópera como la música sinfónica y el Lied alemán.

Christa Ludwig sentó cátedra en obras de Beethoven, Richard Strauss o Wagner, pero también fue una grande en Verdi o Berlioz, incluso en repertorios más ajenos a su vocalidad como eran Bellini –grabó “Norma” con Maria Callas–, Puccini o Mozart, aunque sus papeles más afines fueron Leonore de “Fidelio” de Beethoven, Oktavian y la Mariscala de “Der Rosenkavalier” de R. Strauss o Kundry de “Parsifal”, de Wagner.

Su grandeza interpretativa, por otra parte, la transformó en una referencia en el ámbito sinfónico con obras de Bach, Schubert, Schumann y Hugo Wolf. Alcanzó la cumbre con el repertorio de canción sinfónica de Gustav Mahler, así como en obras en las que reinaba sin discusión posible, como la Rapsodia para contralto de Brahms.

Sus memorias

En 1994, al retirarse de los escenarios, publicó sus memorias, “...Und ich wäre so gern Primadonna gewesen” (‘Me habría encantado haber sido una prima donna’), y, a pesar de no haber frecuentado los escenarios españoles –en el Liceu de Barcelona solo interpretó el Requiem de Mozart en la década de 1960 y un recital en la de 1990–, en 2009 fue galardonada con la distinción a toda una carrera en la cuarta edición de los Premios Líricos Teatro Campoamor, los cuales agrupaban a los teatros y temporadas españolas de ópera y zarzuela.

Nacida en Berlín en 1928, después de formarse y comenzar su trayectoria en Alemania, en 1955 Christa Ludwig se integró al equipo de la Staatsoper de Viena, entidad con la que estuvo vinculada por casi cuatro décadas. Su carrera la llevaría por los escenarios más respetados del mundo.