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El nuevo capricho del dueño del Chelsea para ganar la Superliga náutica

El "Luna", uno de los muchos megayates que ha tenido Roman Abramovich, durante una visita a Vigo.

Mucho se habla estos días de los impulsores de la Superliga. Detrás de la ya fallida alternativa a la Champions League se encontraban inicialmente doce de los clubes más poderosos del mundo, entre ellos, el Real Madrid y el Chelsea. Llamado a rivalizar con la Uefa y la Fifa, llamó la atención que en su defensa de la puesta en marcha de este torneo los presidentes y propietarios de esos equipos de fútbol aludiesen a la complicada situación financiera del entramado futbolístico europeo. Como si la fortuna multimillonaria de los prohombres de esta Superliga se viera ahora amenazada o dependiese tanto de que haya un campeonato o dos más. Como si de la noche a la mañana su potente sector fuera tan ruinoso o no pudieran seguir sumando dígitos a los siempre astronómicos fichajes de sus jugadores.

Que a la gran mayoría de los aficionados les chirriase escuchar a un Florentino insinuando las penurias que atraviesan los clubes resulta de lo más normal cuando saben bien cómo se las gastan, y en qué, algunos de los socios del madridista en esa aventura superliguera. Y es que tampoco se esfuerzan en ocultarlo. Al contrario. El caso más ilustrativo lo protagoniza el dueño del Chelsea quien de nuevo se lanza a por la victoria en una de sus ligas preferidas, una sin ninguna relación una pelota.

De sobra es conocida la querencia del ruso Román Abramovich a cambiar de barcos cada dos por tres. Pero no un megayate cualquiera; los suyos tienen que ser, o al menos aspirar a serlo, de los más grandes y caros del mundo. Y ahora que se acerca el verano está a punto de estrenar otro bicharraco VIP: el “Solaris”.

Con 140 metros de eslora, este “Solaris” todavía no supera al más largo del mundo, el “Azzam”, todavía atracado en el puerto de Vigo para una innovadora mejora a cargo del astillero Freire Shipyard. Aunque seguramente el nuevo juguete de Abramovich ocultará alguna otra fastuosa variante que lo hará destacar en ese exclusivo sector. Y no solo por su habitabilidad, con 48 lujosos camarotes con capacidad para 35 invitados. Ni tampoco por los motores eléctricos con los que podrán alcanzar los 18 nudos de velocidad. Seguramente se saladrán de "lo común" con extravagantes complementos para la diversión en el mar, del estilo de minisubmarinos o helicópteros.

Por lujo no será. Construido en los astilleros alemanes Lloyd Werft, el "Solaris" está valorado, según medios especializados, en 500 millones de euros.

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