Actores, amigos, familiares y allegados despidieron ayer al actor Quique San Francisco en la capilla ardiente instalada en el Tanatorio Norte de Madrid, por la que pasaron, entre otros, Gabino Diego, María Barranco o Pablo Motos, que recordaron su “personalidad arrolladora”. El actor y humorista madrileño falleció el lunes a los 65 años, tras varias semanas hospitalizado con una neumonía bilateral en el Clínico San Carlos de Madrid.

Pablo Motos se declaró “desolado, hecho polvo”. “Era el más grande. Se ha ido y ha vivido como ha querido. Pasará mucho tiempo hasta que llegue otro tan auténtico que él”. San Francisco solía participar en el programa de Pablo Motos, eran “como hermanos”. “Aprendí mucho de él y lo pasamos muy bien juntos”, recordó.

María Barranco, amiga del actor y humorista, visiblemente afectada no pudo contener las lágrimas y dijo que por lo menos el actor “no lo ha pasado mal, no ha sufrido” en sus últimos días. El actor Gabino Diego resaltó su “personalidad arrolladora”: “Fue un tío fantástico, deja un vacío importante. Estará ahora en el cielo, con los demás actores que se han ido”.

“Aprendí mucho de él y lo pasamos muy bien juntos”, recordó Motos

Adolfo Suárez Illana, al que le unía una amistad, también acudió al tanatorio para despedirse: “Nos unían muchos años de amistad. Era un gran amigo, una persona buena, transparente, tan esclavo como libre, que ha dejado muchos años vividos en poco tiempo concentrado”. “Nos quedará algún mensaje de esos simpáticos suyos en el contestador que ahora son un tesoro “, concluyó.

Beatriz Rico reconoció que no esperaba el fatal desenlace: “No nos lo esperábamos porque estaba mejorando, desde hace tres semanas estaba fuera de peligro pero este fin de semana estaba muy, muy flojito”. “Él echaba mucho de menos a su padre, y ahora está con su papá arriba, y con su madre”, dijo.

El periodista Pipi Estrada señaló que San Francisco era “muy espontáneo, cometía muchas fechorías y era políticamente incorrecto, le tocaba las narices lo que la gente pensara”. “Pero era su nobleza, su forma de vivir y de ser (...) Con él era imposible tener un mal momento”, sentenció.