Dicen que las mujeres, especialmente las que suben al escenario, ven cómo su horizonte se oscurece cuando cruzan la barrera de los cuarenta; pero ese no es el caso de Mónica Naranjo, que acaba de reeditar “Minage”, un disco que nació hace 20 años y sobre el que ahora vuelve “mucho más libre”.

“Estoy en un momento dulce, en un momento de plenitud total, mucho mejor que cuando tenía 26 años”, confiesa en una entrevista con la agencia “Efe” en la que rememora la publicación de este disco de culto para sus seguidores, que ahora cumple dos décadas.

Para celebrarlo, la pantera de Figueras (Gerona) ha reeditado las canciones del álbum que nació como un homenaje a la cantante italiana Mina, de quien Naranjo es una gran admiradora, con versiones en español de sus canciones que alcanzaron gran popularidad, especialmente “Sobreviviré”.

Aunque el disco supuso en su momento un descenso de ventas respecto a sus dos primeros álbumes, “Mónica Naranjo” (1994) y “Palabra de mujer” (1997), “el tiempo lo ha acabado colocando en su lugar”. “Este disco tiene historia –explica Naranjo– porque tuve que mantener una batalla abierta con la discográfica para grabarlo”.

“Hay que entender a la multinacional –añade–, veníamos de editar dos discos que habían sido grandes éxitos y no entendían por qué teníamos que cambiar de registro y grabar algo que no iba a funcionar tan bien; pero yo estaba convencida de que a la larga sería un superventas y un disco de culto, y así fue”.

Veinte años después, Naranjo sigue con la misma discográfica, “pero con otras condiciones”, y los directivos también han cambiado. “Los que hay ahora me dijeron que querían reeditar el disco y yo les dije, de acuerdo, pero hagámoslo como me hubiera gustado en su momento”, es decir, sustituyendo dos temas que no eran de Mina por los que no entraron.

El nuevo “Minag”e se llama “Puro Minage” y cuenta con una edición limitada de lujo, denominada “Minage 20 aniversario”, que incluye todas las remezclas de los tres sencillos editados y que no estaban disponibles desde hace años, el audio y el vídeo del “Tour Minage”, un libreto de 36 páginas y unas láminas con imágenes inéditas.

El disco supuso un giro en la carrera de Mónica Naranjo y durante toda su grabación se sintió “muy sola, porque nadie me apoyaba, ni siquiera mi mánager”. “Pero hay que escuchar el alma y eso es lo que yo hice, guiarme por la intuición, y ahora ‘Minage’ es un disco muy valorado”, dice orgullosa.

“Yo tengo el don de la interpretación, de la composición y de la producción, y cuando tienes la fortuna de tener un don hay que trabajar mucho para mejorarlo y hay que estar siempre aprendiendo, no te puedes quedarte estancado, y eso es lo que yo he hecho siempre. No me gusta hacer dos discos iguales”, explica la cantante catalana.

La experiencia de “Minage” fue dura, recuerda, pero sacó buenas enseñanzas: “Yo ya no me peleo con las discográficas, porque eso come mucha energía. Lo que hago es costear mis discos y luego ir a buscar a la discográfica para la distribución, sin peleas, de buen rollito”. “Ventajas de la madurez –aclara–. Ahora estoy mejor que nunca porque sé lo que quiero y solo me preocupa estar bien conmigo misma”. Y esta pandemia le ha ofrecido la posibilidad de “descansar”.