Empatía cero. Esto es lo que han demostrado tener las compañeras de piso de Elena Cañizares, una estudiante de Enfermería en el campus de la Universidad de Castilla-La Mancha en Ciudad Real, a quien han instado a dejar el piso que comparten al enterarse de que dio positivo en Covid-19 en una prueba PCR. No les importa su estado de salud ni que según el protocolo no pueda abandonar el piso. Lo único que les preocupa es no poder ir al gimnasio ni a la facultad. Todo esto queda claro de los comentarios que fueron vertiendo en el chat cuando se les comunicó el positivo, según denuncia Elena en Twitter. La historia no ha tardado en hacerse viral.

Elena explica en Twitter que el pasado domingo se hizo la PCR, porque está estudiando Enfermería y tenía que hacer prácticas, y al conocer el resultado positivo, se lo comunicó a sus compañeras del piso que comparte en Ciudad Real y donde dice que pasa el 90 % de su tiempo. El domingo, según relata en la red social, les comunicó a sus compañeras, que pasaban el fin de semana en sus pueblos, el positivo, tras lo cual, siempre según su testimonio, estas por videollamada le dijeron que se debería ir a su pueblo con sus padres.

Cañizares relata que durante las conversaciones, les explica que, por el protocolo Covid-19, no puede abandonar la vivienda y mucho menos para ir a la casa de sus padres, que son personas de riesgo. En este sentido, les explica que ambos tienen más de 60 años, y que, además, tienen una enfermedad de base que les hace especialmente vulnerables –su padre ha padecido un infarto y su madre tiene hipertensión–. Elena les asegura que no saldrá del dormitorio y que, para no tener contacto con el resto de zonas del hogar, les dice que pueden llevar los tuppers con comida a la puerta de su habitación. En caso de ir al servicio –la vivienda cuenta con dos baños– iría con doble mascarilla y “desinfectándolo todo después”.

Su decisión no fue bien recibida por sus compañeras de piso, pese a que les había comentado que podían convivir utilizando los lugares comunes como la cocina o el baño siempre con doble mascarilla y desinfectándolo todo después, una decisión que sus amigas rechazaron.