Álex Maruny (Barcelona, 1990) es conocido por películas como "El club de los incomprendidos", pero también ha dirigido los últimos videoclips musicales de Coque Malla y Aitana, y acaba de publicar su primera novela, titulada "Los mejores peores días de Bruno Ucelay "(Duomo). A sus 30 años, abraza cualquier proyecto que le haga crecer, delante o detrás de la cámara.

- ¿Por qué tenía la necesidad de escribir esta historia?

-Necesitaba seguir contando historias. Es mi primera novela, pero el segundo libro: en el 2016 escribí "¿Cuánto pides?", una recopilación de conversaciones surrealistas que tuve en Wallapop a través de un perfil falso. La profesión de actor no deja de ser bastante inestable y no siempre estás trabajando. Así que he aprovechado estos tiempos muertos entre proyecto y proyecto para seguir creando. Ha sido una forma diferente de explorar cómo contar historias. Reuní unas cuantas experiencias personales que me habían pasado de adolescente... como cuando mi madre me mandó al extranjero a aprender inglés, le puse un poco de imaginación y lo convertí en esta ficción. Así nació la historia de Bruno Ucelay.

- ¿Bruno tiene algo suyo, además de ese punto de partida?

-Sí, sí. El personaje, que tiene un punto neurótico, es muy emocional pero también muy racional y nace bastante de un yo más adolescente. Un yo que estaba entrando a la vida adulta, que tenía muchas preguntas existenciales sin resolver y que le fueron apareciendo poco a poco, a lo largo de esta experiencia.

- ¿También es un gran fan de Harry Potter, como Bruno?

-Mucho, sí. El número uno (risas). Fueron unos libros que me acompañaron mucho a lo largo de mi adolescencia y quise meterlos en esta historia porque supusieron algo importante. Ahora sé que la autora, J.K. Rowling, en noviembre va a sacar novela, así que estoy esperando impaciente para leerla.

- El escritor Blue Jeans recomienda la novela, ¿le dio algún consejo?

-Estuve en contacto con Francisco cuando me puse a escribir y me animó mucho a seguir cuando la página en blanco se me resistía. Ha sido muy generoso y contar con él, un privilegio. Ahora que sé lo que cuesta, alucino aún más con él, que tiene doce publicadas. También les di mucho la lata a mi familia y amigos, leyéndoles fragmentos del libro a medida que iba escribiéndolo. Les preguntaba: "¿Esto te suena a libro de verdad?" (risas). ¡Qué paciencia tienen!

- ¿Se ha planteado dar continuación a la historia de Bruno Ucelay?

-No. El día que puse el punto y final, me despedí de él. Yo creo que el dicho de que "segundas partes, nunca fueron buenas" es verdad casi siempre. Es una historia muy redondita que narra un momento crucial de la adolescencia de un chico de 17 años, y eso es justo lo que quería contar. No hay más.

- ¿Le gustaría llevarla al cine o a la televisión?

-¡Me encantaría! Pero primero a ver qué tal van las ventas, pero no lo descarto por nada del mundo. Ya que me he puesto a escribir, podría transformar esta historia en un guion.

- ¿Hay series de televisión como "Élite", "Sex Education" o "HIT" que no son tan blancas como su historia, hay sexo y drogas... ¿Cree que Bruno podría encontrar un hueco en lo que los jóvenes están consumiendo ahora?

-No veo por qué no, porque es la historia que yo viví. También está basada en el año 2004, y sí que es verdad que las nuevas generaciones están subiendo más fuertes en ese sentido. Por ejemplo, he visto "Euphoria" y ese universo no tiene nada que ver con el que yo crecí. Bruno es un chaval que rompe con los parámetros marcados por la sociedad, con la masculinidad tóxica... es un chico muy emocional que dice verdades y eso seguro que conecta mucho con el público.

- ¿Escribir ha sido un reto más difícil que actuar o dirigir?

-Ha sido distinto pero... sí, creo que ha sido lo más difícil que he hecho hasta ahora. Dirigir o actuar son actividades artísticas colaborativas, en las que puedes apoyarte en un grupo. Escribir es una actividad individual: ahí estaba yo con mi ordenador y mis pensamientos. Y uno va chocando contra una pared y eso se convierte en un proceso más solitario, te surgen dudas... Ha sido un viaje más complicado, sin duda. Y más largo también.

- ¿Y qué le aporta más?

-Actuar, dirigir y escribir me aportan cosas muy distintas. Cuando dirijo o escribo siento que tengo el control creativo y puedo plasmar lo que hay en mi cabeza (o algo aproximado), yo tomo las decisiones y me hago responsable. Pero cuando actúo, moldeo mi cuerpo y emociones para ponerlas al servicio de un personaje, historia y director y eso puede ser muy catártico.