Las zapatillas Converse se han ganado una fama y no precisamente por serias o por ser un complemento de etiqueta. El imaginario popular las asocia a los jugadores de básquet de los 70 o a las bandas de punk rock de los 80 y 90. Su espíritu rebelde y contestatario está lejos de lo que podría asociarse con el look anodino y formal de un político. Sin embargo, la senadora afroamericana Kamala Harris ha derribado prejuicios calzándose un par de Converse en multitud de actos de su campaña como aspirante demócrata a la vicepresidencia de Estados Unidos.

Todo empezó en Milwaukee, a principios de este mes, cuando acudió a un acto electoral con un par All-Star de suela baja de color negro. El vídeo de Harris con las zapatillas superó en pocas horas los ocho millones de visitas, en cifras, más o menos lo que recauda un buen discurso en los Óscar.

De inmediato, las revistas de moda y estilo le echaron el ojo a esas deportivas tan cómodas como estilosas con las que Harris suele pisar con garbo muchos actos públicos. Al fin y al cabo la moda siempre ha sido una herramienta de comunicación política: cada movimiento del candidato es cuidadosamente estudiado por su equipo, incluidos sus tuits, peinado, maquillaje y también, por supuesto, el calzado.

La candidata a la vicepresidencia americana se ha definido como guante de seda, puño de hierro. Ella aporta lo que no tiene Joe Biden: juventud (55 años frente a 78), carisma, energía y futuro. Es una mujer fuerte, directa e implacable, y simpática, virtud que gusta mucho en su país. De ella se espera que refuerce el apoyo femenino y el de las minorías, que ya estaban con Biden. De hecho, puede ser capital en el voto suburbano, clave en los estados que decidirán el ganador.

Y su look con zapatillas con cordones refuerza esa idea. La obsesión de la senadora por las zapatillas no es nueva ni una estrategia de última hora para sumar votos. La hija de jamaicano e india, ambos académicos involucrados en los derechos civiles, hace dos años explicó a la revista The Cut que tiene "una colección de Converse", que incluye un par de cuero negro, un par blanco, que usa haga calor o frío, y unas con plataforma que suele combinar con sus trajes pantalón. Hasta con lentejuelas las tiene, si bien las que más suele lucir son las clásicas negras y blancas. Y con ellas, la candidata preferida de Hollywood -los actores Dwayne Johnson, Whoopi Goldberg, Rita Moreno o Amy Schumer son fans-, lleva meses recorriendo el país.

Se la ha visto bailar con ellas en el encuentro anual de los demócratas Des Moines Steak Fry, en 2019, en Iowa, o sobre el escenario, en el desfile del Orgullo en San Francisco, también el año pasado. Pero no ha sido hasta que se ha convertido en candidata que no se ha ganado el apodo de "jefa" por su calzado. Después del exitazo de su primer acto de campaña, el 7 de septiembre en Milwaukee, subida a unas Chuck Taylor All Star Converse en negro, solo se las ha quitado por unas Timberland para recorrer las zonas arrasadas por el fuego en California y Oregón.

La experta en moda y estilista política Lauren Rothman asegura en Elle que "las mascarillas, las arrugas, las mangas subidas... son opciones de estilo que indican que un nuevo uniforme está evolucionando en campaña". Según la experta, con sus Converse Harris "irradia confianza y reclama la participación de la gente". Y remacha: "Su amor por esta marca estadounidense icónica y asequible es audaz y gana en simpatía entre la gente durante una época desafiante".

Las zapatillas de Harris se han convertido en una marca de la casa, con un valor añadido. Nunca antes una política había usado tanto unas bambas en su agenda pública. "No es fácil andar por las cuestas de San Francisco con tacones. Sus chuks son una opción perfecta que aúna su estilo personal con el entorno", subraya Rothman.