Después de que una prueba de ADN certificara en enero que su padre biológico es el rey Alberto II de Bélgica, Delphine Boël, de 52 años, no se conformará solo con cambiarse el apellido por Saxe-Cobourg. Según manifestaron sus abogados, la artista plástica exige ahora el título de princesa de Bélgica y el tratamiento de Alteza Real.

"Tener exactamente los mismos privilegios que sus dos hermanos y su hermana. Ya no siente ninguna compasión", destacó el periódico Het Nieuwsblad. Por lo que ahora habrá que esperar al 29 de octubre para conocer si la sentencia le da la razón a la hija reconocida de Alberto II de Bélgica.

Boël es hija de la baronesa De Selys Longchamp, que mantuvo un romance con el entonces Príncipe de Lieja. En ausencia de perspectivas de reinar, Alberto y su mujer, Paola de Lieja, vivieron en aquel tiempo vidas separadas con toda libertad, hasta que a finales de los 70 decidieron rehacer una vida de pareja que se mantiene. El marido de la baronesa, Jacques Boël, asumió la paternidad de Delphine hasta que esta lanzó la demanda contra Alberto.

Una vez escuchadas ambas partes, el Tribunal se reunirá para tomar una decisión y emitirá su sentencia el próximo 29 de octubre.