En junio de 2017 un buque portacontenedores con bandera filipina chocó con la fragata USS Fitzgerald, de la Armada norteamericana, dejándole siete muertos. Dos meses después, la fragata USS John S. Mccain colisionó con otro buque de transporte cerca de Singapur; otros diez marinos estadounidenses perdieron la vida. Al año siguiente, y sobre el mismo océano, seis marines murieron durante un ejercicio nocturno. Tres accidentes, sí, pero no sin responsabilidad, pues partían de múltiples problemas del funcionamiento de la Armada: falta de mantenimiento del material y de entrenamiento de la tripulación, tecnología inadecuada, agotamiento de unos marineros exhaustos por misiones prolongadas. Un equipo del medio Propublica, en el que participaron el coruñés Xaquín González Veira y el compost elano Denís Galocha, acaba de recibir el Pulitzer por la serie de cuatro reportajes Disaster in the Pacific. Death and Neglect in the 7th Fleet, que desvelaron estas deficiencias, empleando, entre otras fuentes, informes confidenciales inéditos.

González, que cuenta con experiencia como periodista visual en medios como National Geographic, El Mundo o The Guardian, y que actualmente es mentor del equipo de datos visual del diario singapurense The Strait Times, diseñó el apartado gráfico de los dos reportajes principales de la serie, dedicados a los dos accidentes de barco, con una serie de infografías animadas. Así, en el correspondiente al USS Fitzgerald, los lectores pueden ver cómo sucedió el impacto, cómo el buque se bamboleó sobre su eje y quedó girando sobre sí mismo durante cinco minutos. También los viajes de sus últimos meses, para explicar los motivos del "cansancio" de una tripulación agotada.

Realizarlos de manera precisa no fue una tarea sencilla, según González. "En una filtración teníamos los datos cartográficos del recorrido, pero algunos momentos se pierden", explica. En lo referente al choque y a sus efectos, "rellenamos espacios con ayuda de la reconstrucción en 3D y hablando con ingenieros que nos explicaron qué podría haber pasado", señala González. El equipo se llevó una alegría cuando, una semana antes de la publicación, les filtraron imágenes de dos cámaras del buque durante la colisión (que también se pueden ver, en el reportaje): "fue una maravilla, porque coincidía con lo que habíamos estado visualizando".

Pero la serie de reportajes "está hecha para los marineros y sus familias", señala González, parafraseando a Megan Rose, una de las redactoras principales de los textos junto con Robert Faturechi y T. Christian Miller, durante la entrega de los Pulitzer. Uno de los gráficos del reportaje del USS Fitzgerald explica la inundación interior del buque, y pone al lector en la ruta de los marinos que intentaban huir por los escasos huecos que dejaban los compartimentos deformados por el choque. "Entrevistamos a gente que salió de allí, y a gente que consiguió sacar a compañeros" apunta González, y "contar ese momento en el que tenían que escapar por una salida bloqueada es una de las partes más emotivas de la historia".

La aportación de Denís Galocha fue diferente. Este ilustrador, que trabaja desde el muralismo a la pintura o el tatuaje y que publica habitualmente en El Viajero, se encargó de plasmar con su lápiz varias escenas del choque del USS Fitzgerald y de sus consecuencias de la que no existen fotografías.

Sus estampas acompañan diversas perspectivas humanas. El comodoro Benson, despertado bruscamente por el impacto, llevándose las manos a la herida de la cabeza. La teniente Coopock, observando el portacontenedores aproximándose a su buque. El técnico de sonido Felderman, buceando e intentando buscar una salida a oscuras por camarotes inundados, en el momento en el que vio la luz de la salida. El buque destrozado al llegar por fin a puerto. Tienen un toque "un poco melancólico", señala Galocha, que está "muy orgulloso y contento" por haber participado en el equipo que consiguió el Pulitzer.