El príncipe Enrique, el nieto de la reina Isabel II que dejará de trabajar para la Familia Real esta primavera, ha admitido que hubiera querido seguir prestando servicio a su abuela sin fondos públicos, pero que "no ha sido posible".

Los duques de Sussex, Enrique y Meghan, han llegado a un acuerdo con la Familia Real británica para cortar los lazos con la monarquía y vivir en forma independiente en Canadá, lo que les ha obligado a perder el título de "Sus Altezas Reales".

En un discurso privado anteanoche ante la organización benéfica Sentebale, que ayuda a niños que viven con Sida en África, el hijo menor del príncipe Carlos y la fallecida Diana de Gales admitió que ha tomado la decisión de apartarse de la monarquía después de muchos meses de reflexión, informan este lunes los medios británicos.

Según dijo, Enrique, de 35 años, y Meghan, de 38, hubieran querido seguir sirviendo a Isabel II, de 93 años, pero sin fondos públicos, pero que eso "no ha sido posible", aunque dejó claro que ni él ni su mujer están abandonando al Reino Unido.

"El Reino Unido es mi hogar y un lugar que yo quiero, eso nunca cambiará", recalcó el duque de Sussex, quien a principios de mes divulgó un comunicado en el que afirmaba que él y su mujer se apartaban de las labores más destacadas de la monarquía.

"Nuestra esperanza era continuar sirviendo a la Reina, a la Commonwealth (Mancomunidad Británica de Naciones, antiguas colonias) y mis asociaciones militares, pero sin fondos públicos. Desafortunadamente eso no ha sido posible. He aceptado esto, sabiendo que eso no cambia quien soy yo", agregó el principe Enrique en un discurso pronunciado en Londres.

Agregó que, cuando se casó en mayo de 2018, "estábamos animados, teníamos esperanzas, y estábamos aquí para servir. Por esas razones, me entristece que se haya llegado a esto. La decisión que he tomado por mi esposa y por mí de retirarnos no se ha tomado a la ligera".

A partir de la primavera, los duques de Sussex dejarán de ser llamados "Sus Altezas Reales" y se retirarán de la vida pública, así como cualquier vínculo militar que tenga el príncipe.

Aunque se desconocen algunos detalles del acuerdo alcanzado por la Familia Real, la reina Isabel II dijo el fin de semana que se ha hallado una solución "constructiva" que respalda los anhelos de su nieto, sexto en la línea de sucesión al trono.

Como parte del pacto de lo que la prensa llama el "Megxit" o salida de los duques de Sussex de la Firma (como se conoce a la Casa Real británica), la pareja renunciará a recibir fondos públicos -no así a la paga procedente a nivel privado del príncipe Carlos-.

El príncipe y la ex actriz estadounidense devolverán los 2,4 millones de libras esterlinas de dinero público usados para reformar su mansión de Frogmore Cottage en Windsor (afueras de Londres), que seguirá siendo su hogar cuando estén en el Reino Unido aunque, de acuerdo con la prensa, pagarán alquiler.

Enrique de Inglaterra y Meghan Markle son padres de un niño, Archie Mountbatten-Windsor, que nació el 6 de mayo del pasado año.