Whitney Houston está de gira ocho años después de su muerte gracias a un holograma, como ya hicieron Maria Callas y Roy Orbison el año pasado, en una inquietante combinación de música y tecnología que promete resucitar a muchas otras estrellas en los próximos años, según auguran sus promotores. "En España todavía hemos visto pocos conciertos con hologramas, pero en Estados Unidos ya están funcionando muy bien y cada vez hay más propuestas de este tipo", ha asegurado a Efe el fundador de Mercury Wheels, Barnaby Harrod, que ha estado en negociaciones con los promotores de los conciertos de Whitney Houston para traerla a Barcelona.

De momento, el holograma de la intérprete de "El guardaespaldas" no recalará en España porque "estas giras no son todavía suficientemente largas como para que lleguen al sur", pero Maria Callas ya estuvo el pasado noviembre en Sant Cugat del Vallès (Barcelona).

"Es un fenómeno que está en sus inicios y que sin duda va a ir a más", insiste Harrod, favorable a este tipo de giras postmortem que "permiten a los seguidores del artista volver a disfrutar de su música, como ya hacen con las bandas tributo pero mejor, porque la voz y la imagen no es la de un imitador, sino la del cantante real".

El único problema que detecta este promotor musical que trabaja para Live Nation es que "hay que afinar la tecnología", porque "la calidad es todavía cara y la tecnología barata es muy insatisfactoria".

Además, "el holograma no se ve bien desde ciertos ángulos, por lo que hay que disponer de un espacio con unas condiciones adecuadas y, aun así, ciertas localidades laterales no se pueden vender por la mala visibilidad". Al precio de esta compleja tecnología hay que sumar los derechos de autor porque, aunque el artista no cobre, sus herederos sí lo hacen.

Como ya avanzó la serie "Black Mirror" en uno de sus capítulos futuristas, las estrellas musicales virtuales tienen muchas ventajas sobre los seres humanos, aunque da miedo imaginar hasta dónde se puede llegar.