Más allá de su espectacular voz y del lugar privilegiado que ocupó en el mundo de la música hispana, Camilo Sesto fue conocido por sus polémicas declaraciones, por el secretismo entorno a su vida y hasta por sus cambios estéticos en sus últimos años.

Su carrera musical subió como la espuma a mediados de los setenta y se convirtió en un ídolo de masas, especialmente para las jovencitas de la época, que llenaban sus conciertos y le esperaban durante horas a las puertas de los teatros en los que representó el musical "Jesucristo Superstar".

Una persecución de sus fans femeninas que no tenía paralelismo con su vida privada ya que apenas se le conocían relaciones, ni femeninas ni masculinas -el rumor nunca confirmado de su homosexualidad le persiguió siempre-.

Se habló de relaciones con Andrea Bronston o Maribel Martín pero sólo se supo con certeza de una mujer que ocupó su corazón por un breve tiempo, la mexicana Lourdes Ornelas, madre de su hijo Camilo Michael, nacido en 1983, y origen de uno de los episodios más controvertidos de su vida.

La pareja se separó pronto y Camilo Sesto batalló duramente por hacerse con la custodia de su hijo, lo que consiguió con presiones, según contó Ornelas hace poco en un programa televisivo español.

El cantante tardó ocho meses en reconocer al niño, nacido en México. Y propuso a Ornelas que vivieran los tres en su casa de Torrelodones ( Madrid).

Sesto había abandonó durante unos años el mundo musical para dedicarse a su hijo y cuando regresó a los escenarios, en 1990, había perdido un espacio en el panorama musical que nunca recuperaría.

Fue en ese momento en el que comenzaron los años más extraños de su vida. Su imagen pública se deterioraba. Las informaciones sobre su desaparición o sus enfermedades se sucedían en los medios, siempre negadas posteriormente por Camilo Sesto o su entorno.

Sufrió un trasplante de hígado en 2000 y tras un rechazo de ese primer órgano tuvo que pasar por el quirófano de nuevo al año siguiente, lo que le dejó en un frágil estado de salud. Además, las cirugías fueron transformando su cara.

Su último éxito, "Mola mazo" (2002), adaptaba una expresión popular entre la juventud española de la época y fue tan impactante como discutido.

Hace tres años lanzó un tema que incluía la voz del papa Francisco, titulado "Padre nuestro" .

Hace apenas un año presentó su disco "Camilo Sinfónico", cuya versión en vinilo estaba previsto que saliera la próxima semana.

Se le vio frágil y delgado en la presentación del disco y se limitó a posar en el photocall sin hacer declaraciones.