En los terrenos del corazón, la boda de Melendi se convirtió ayer en el vaivén informativo del día. El cantante se pudo haber casado ayer con la bailarina Julia Nakamatsu. O todo lo contrario. Parecía un guion escrito al despiste por parte del rey del ser y el no ser simultáneos.

Distintos medios aseguraban por la tarde que el enlace no se había producido en la fecha, ayer, ni en el lugar, el Jaral de la Mira, en El Escorial, donde inicialmente se había anunciado.

Esas mismas fuentes indicaban que la suspensión se había producido poco antes porque, en realidad, el verdadero enlace se produciría hoy. Y ni siquiera eso, pues la verdad sería que el cantante y la bailarina, que llevan cinco años juntos y ya tienen dos hijas, Lola y Abril, comparecerían ante sus invitados ya casados y lo que habría verdaderamente sería una fiesta para celebrarlo.

Ninguno de los medios especializados en romances y enlaces de famosos se ponía de acuerdo ayer por la tarde sobre las coordenadas de celebración de una boda que tiene como invitados a unos novios que pueden ensombrecer el fulgor de Melendi y Nakamatsu. Se trata de la cantante Malú, muy amiga del intérprete, y de su novio Albert Rivera, líder de Ciudadanos. Ellos son la foto que todos los paparazzi están buscando.

El cantante, de 40 años y la bailarina argentina Julia Nakamatsu, de 28, habían anunciado que el enlace se produciría ayer en la finca de El Jaral de la Mira, en El Escorial, un lugar selecto tanto por el enclave como por la propuesta culinaria de sus dueños, los prestigiosos Mario, Diego y Rafael Sandoval, que cuelgan dos estrellas Michelin en su restaurante Coque de Madrid.

La elección del lugar para la boda y el posterior ágape (cóctel y menú, 180 euros) tiene una conexión asturiana: Melendi interpretó cuatro canciones en la reciente boda de Diego Sandoval en esa finca, gracias a la mediación de un amigo común.