Paolo Sorrentino vuelve a recrear su Vaticano imaginario en "The new pope", esta vez dividido en dos grandes papas, Jude Law y John Malkovich, y enfrascado en una pugna de extremismos, fe, pecado, olvido y, cómo no, ambiciones. El realizador estrenó fuera de competición en la Mostra de Venecia su segunda serie, que ha sido acogida con curiosidad y sonoros aplausos por la crítica.

Los seguidores de "The young pope" (2016) ansiaban saber la suerte de Lenny Belardo, Pío XIII (Law), aquel indómito papa estadounidense de chandal blanco y fumador que conquistó la Santa Sede de Sorrentino para poner patas arriba sus costumbres y dinámicas de poder. La nueva entrega, "The new pope", de la que se vio el segundo y el séptimo episodio, promete sorpresas. Se sabe que Pío XIII cayó fulminado en la plaza de San Marcos de Venecia y ahora se debate entre la vida y la muerte. Mientras, el Vaticano busca nuevo soberano. El sagaz secretario de Estado Angelo Voiello logra con esfuerzo coronar a un nuevo papa. Se trata de sir John Brannox (Malkovich), un aristócrata británico brillante, inteligente, locuaz, culto, pero al mismo tiempo frágil. "Los fundamentalismos y los posibles riesgos que, al menos en mi opinión, parecen estar siempre a la vuelta de la esquina, cada vez con más frecuencia. Y no solo sobre lo que hemos conocido tristemente en los últimos años", aclaró el director.