Plácido Domingo (1941) volverá a Madrid, "si las cuerdas siguen bien engrasadas", el año próximo a cantar "La Traviata" y celebrar así sus 50 años de debut en el Real, del que cerrará su temporada 18/19, a partir del día 14, con una "Giovanna d'Arco" en versión de concierto que, promete, "sorprenderá". Acompañado del director de la orquesta, James Conlon, el tenor Michael Fabiano, el intendente del Real, Joan Matabosch, y su director general, Ignacio García-Belenguer, el madrileño presentó ayer la producción que cierra la temporada del teatro, una tradición que se cumple desde hace varios años.

El año pasado lo hizo con "Thaïs", el anterior con "Macbeth" y en 2016 con "I due Foscari", estas dos últimas dirigidas también por Conlon, su amigo y director titular de la Ópera de Los Ángeles, de la que Domingo es intendente desde 2003 y en la que tiene contrato hasta 2022.

"Al inicio de mi carrera, tuve la suerte de hacer una grabación con Montserrat Caballe (1972), ejemplo para todas las sopranos que la han cantado después. Desde hace diez años estoy cantando el repertorio barítono y ahora tengo la suerte de cantar la parte del padre", dijo Domingo, que el próximo lune recibirá el Premio Excelente de España en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.

Es el tercer papel verdiano que Domingo hace en la tesitura de barítono -"I due Foscari" (2016) y "Macbeth" (2017)- y el artista está encantado de volver a Madrid para interpretarlo, junto a Fabiano y Carmen Giannattasio, aunque sea en versión concierto "porque es difícil venir aquí para 12 funciones", se rió.

"Todos preferimos cantar en escena, representar a los personajes, por eso somos cantantes de opera. Yo vivo en el escenario pero a veces no hay tiempo", aseguró el artista al que la prensa estadounidense ha bautizado como "operhalic", en alusión a su dedicación al género y a una carrera que llega ya a los 60 años.

Domingo tendrá "la gran satisfacción, si las cuerdas vocales están bien engrasadas y salud vocal" de celebrar sus 50 años de debut en Madrid cantando Germont en "La Traviata", precisó.

"Giovanna d'Arco", que el Real ha programado para los días 14, 17 y 20 de julio, se estrenó en 1845, es decir cuando Verdi tenía 32 años. Era su séptima ópera y en ella se vislumbran las que serán sus grandes obras posteriores, de "Otelo" a "Rigoletto" pasando por "Il trovatore", pero aún lejos de ellas.

Es un Verdi un poco "donizzetiano", según el cantante, en el que se aprecia algo de "bel canto", una obra "sumamente interesante" muy adecuada para un teatro que ahora programa "de todo". "Lo que le pasaba a este teatro al principio es que no se le daba la vida que tiene. Hoy podemos estar muy orgullosos de él", afirmó.

Para Matabosch, esta ópera es "una auténtica rareza del catalogo verdiano", que no se monta nunca. "Si se puede hacer con escena, mejor, pero si hay que hacer una del Verdi joven, 'Giovanna' está muy en la cola. Eso sí funciona muy bien en concierto". "Hubiera estado bien -precisó- que se hubiera buscado otro libretista porque la música es muy buena pero la adaptación del texto de Schiller no está nada lograda".

Conlon añadió que "Giovanna" será la número 15 de las 26 obras de Verdi que dirija y asegura que "descubrirla" será "muy interesante" para el público porque anticipa "lo que pasará después" con la obra del italiano. Sobre el cambio de argumento, recordó que "la ópera no es historia" y que esta obra responde a "la típica estructura verdiana", "Parafraseando a Bernard Shaw, hay una soprano que quiere hacer el amor con un tenor y el barítono quiere impedírselo", añadió.