Aunque consideraba la pornografía una "lacra" capitalista, Fidel Castro tuvo en Playboy un inusual aliado para propagar sus ideas y aumentar las simpatías por la Revolución.

El ensayista cubano Abel Sierra Madero expone cómo y por qué fue así en el libro "Fidel Castro. El comandante Playboy, sexo, revolución y Guerra Fría", que este sábado presentará en Miami.

Recién asentado en Miami, tras haber vivido cinco años y hecho un doctorado en literatura en Nueva York, Sierra Madero recoge en esta obra sus investigaciones sobre la relación del imperio de Hugh Hefner con el líder de la Revolución cubana.

También ahonda en el hecho de que en los medios sensacionalistas de Estados Unidos el "Comandante" llegó a ser toda una celebridad a partir de toda clase de chismorreos sobre su vida sexual y sus supuestamente relajadas costumbres, con el agravante de su comunismo militante, que le convertía en la "encarnación de todos los males", de acuerdo al autor.

Playboy publicó dos entrevistas con Fidel Castro: una en 1967 que fue realizada por Lee Lockwood y otra en 1985, obra del profesor Jeffrey M. Elliot y del congresista Mervyn M. Dymally.

Entre ambas, en 1975, la francesa Oui, otra publicación del grupo con el símbolo del conejito, reprodujo extractos de una entrevista que le hicieron a Castro Frank Mankiewicz y Kirby Jones.

De acuerdo con Sierra Madero, "Playboy desempeñó un papel fundamental en los debates sobre la normalización de las relaciones entre EE UU y Cuba".

"Si Playboy fue una Disneylandia para adultos, Cuba era Castrolandia y su jefe la principal atracción", señaló.