Carlos de Inglaterra, el "eterno" heredero al trono de la historia británica, continúa apoyando las causas con las que más está comprometido al celebrar los 50 años de su investidura como príncipe de Gales, un título con el que también ha buscado modernizar la monarquía del Reino Unido. La ceremonia se celebró el 1 de julio de 1969 en el castillo de Caernarfon (norte de Gales), si bien fue en 1958 cuando Isabel II le concedió el título, creado en 1301 por el rey Eduardo I de Inglaterra para su hijo, el príncipe Eduardo (después Eduardo II), tras completar la conquista de Gales. Con motivo de este jubileo de oro, el príncipe Carlos, de 70 años, y su esposa, Camilla, duquesa de Cornualles, visitaron ayer la organización Prince's Trust -creada por él para ayudar a jóvenes a alcanzar sus objetivos profesionales- en Cardiff, capital de Gales, en el primer día de un viaje de cinco que les llevará por toda la región.

La experta en Historia de la monarquía Judith Rowbotham, de la Universidad inglesa de Plymouth, dijo que el objetivo de la investidura -tras el asesoramiento político- era impulsar el turismo en Gales y combatir el alza del nacionalismo galés.