Pablo Alborán cumplió ayer con creces en su concierto de Vigo, el primero del tramo final de su gira "Prometo". Un nombre paradójico para un día, el de la jornada de reflexión, en el que los políticos dejaron -durante solo 24 horas- de prometer.

Ya quisiera cualquiera de los candidatos que hoy compiten en las elecciones una décima parte del entusiasmo del público de Pablo Alborán. Varias decenas de fans habían montado guardia desde hacía casi una semana a las puertas del recinto ferial, y el malagueño no decepcionó a su público, mayoritariamente femenino. Y en torno a la hora de la apertura de puertas (19.30 horas) los alrededores del Ifevi se colapsaron de público que llegó en coche particular o en los autobuses lanzadera que fletó Vitrasa.

"¡Gracias, Vigo!", tuiteaba el cantante al término del concierto. "Menudo arranque de #tourprometoespaña2019. Gracias por las horas de cola, por el cariño, los mensajes y la energía de esta tierra. ¡Os amo!".

Ya antes había demostrado su amor por la ciudad colgando en su perfil de instagram un vídeo del aterrizaje y una espectacular vista de la ría de Vigo. Después, ya sobre las tablas, 120.000 vatios de sonido -por momentos acallados por sus fans- y la entrega y el talento del andaluz desataron el delirio.

La próxima parada del "Tour Prometo" será Córdoba.