La lucense Marta Geada hizo ayer historia en el río Eo al convertirse en la primera mujer en pescar el campanu de este río fronterizo con Asturias. Se estrenó con un ejemplar de 6,960 kilos de peso y 89 centímetros de longitud, que echó a tierra poco antes de las 10.30 de la mañana, en el coto asturiano de Louredal, que define como su preferido, y en el río en el que aprendió a pescar hace casi dos décadas.Geada, natural de la localidad lucense de Ferreira do Valadouro, confiesa que no sabía que no había salido todavía el primer pez del Eo, así que se mostró asombrada con el revuelo que generó entre los ribereños y los medios de comunicación que la entrevistaron.

Cuenta, además, que lo pescó casi por casualidad: "Fue un poco imprevisto. Llevaba pescando una hora en el río. Estaba a cucharilla y yo soy pescadora de mosca, así que me desesperé y en un lance, como quien no quiere la cosa, picó", relata orgullosa.

La pescadora lucense afirma que las sensaciones de capturar ejemplares a cucharilla son totalmente diferentes a hacerlo a mosca, por eso al principio creyó que el sedal se había enganchado con algo.

"Al final me di cuenta de que había picado. Estuve un ratín disfrutándolo y ya lo sacamos", añade la lucense.

Marta Geada estuvo acompañada por su marido, el causante de que comenzara a hacer sus pinitos en el mundo de la pesca hace unos 17 años.

"Cuando le conocí era pescador y le gustaba mucho estar en el río. Yo, pese a vivir en una zona rural, nunca había pisado un río, así que tenía dos opciones: o pasar mucho tiempo sola o pasarlo con él. Así que decidí aprender", precisa risueña.

En este tiempo confiesa que se ha aficionado a la pesca, sobre todo sin muerte, y especialmente "a disfrutar el río de una manera diferente". Ayer no tenía claro qué hacer con el pez, ya que la venta le generaba ciertas dudas: "Pesco sin muerte habitualmente, así que no creo que se deba comercializar".

Aunque la pesca es un mundo de hombres, Geada dice que siempre se ha sentido bien tratada por sus compañeros. Considera que las mujeres pueden practicar el deporte en igualdad de condiciones y no cree que la fuerza sea determinante: "La fuerza de un pez en la caña es diferente, uno de siete kilos en la caña pesa más. Las mujeres estamos preparadas para soportar eso y más. El problema no es la fuerza, sino cierta práctica. Que te pique es una suerte y también sacarlo, pero tiene un rango de saber hacer".

El río Eo vivió ayer una jornada de pesca muy tranquila para tratarse de la Semana Santa. Tanto es así que apenas había una docena de pescadores en los cotos y muchos de ellos pasaron la jornada sinsuerte y con los enseres vacíos de ejemplares.